A menudo solemos acudir a la despensa para calmar la ansiedad que nos provocan las adversidades de la vida cotidiana, una situación que se ha agravado por la incertidumbre de pandemia: Nerviosismo ante un posible confinamiento, largas horas de teletrabajo o la necesidad de matar el tiempo comiendo entre horas por estrés o ansiedad, a menudo nos hace caer en un picoteo poco saludable.