El Zamora salió con un once en el que tenían cabida cinco mediocampistas y un único delantero, encarnado en Javi Rodríguez. Un once para tener el balón en la zona ofensiva, ante el talento y la rapidez de los jugadores, y la ausencia de un ariete que fijase defensas. La idea parecía salir bien en los primeros quince minutos, cuando los rojiblancos mostraron un ansia imponente por ganar.
Carlos Ramos, con un disparo desde la frontal, obligaba a actuar a Rodri con una estirada a la cepa del poste. Además de eso, los pupilos de Tornadijio sacaban hasta cinco saques de esquina casi consecutivos y buscaba lanzamientos desde medio distancia. Era un inicio de choque muy positivo aunque sin que apareciese un remate claro. Pero el Salmantino despertó a partir del cuarto de hora. Un disparo raso desde la frontal del área de Amaro supuso el inicio de las hostilidades del equipo charro, que empezó a ver la aparición de Garban en el extremo derecho y de Murci en la punta.
Los salmantinos se crecían y encontraban el gol en una jugada desafortunada del Zamora. Un rebote dentro del área le caía a los pies a Murci, que marcaba a puerta vacía. Un remate que los defensores del Zamora protestaron, pidiendo fuera de juega en la acción del goleador blanquinegro. Los locales habían volteado el partido, tenían el marcador a su favor y la sensación es que apenas sufrían en defensa.
Lo intentó Sopale con un lanzamiento por encima del larguero, y en una contra que Ramos estrelló en un defensor. No obstante, faltaba creación, precisión y remate en los de Tornadijo, que tenían a un Javi Rodríguez como una isla arriba desasistida y corriendo sin apenas sentido. El Salmantino por su parte seguía haciendo daño principalmente por la banda de Garban. Pese a todo, se llegaba al descanso con ese 1-0 favorable a los charros.
En la segunda parte, el Zamora fue todavía más decepcionante. Al equipo de Tornadijo solo le faltaba ganar y siguió jugando sin delantero centro de referencia hasta que el entrenador burgalés decidió darle la oportunidad a Eguileor, ya con 2-0 tras el tanto de Galván. Ni antes, ni después de su acción, los zamoranos merodearon la portería de Rodri que vivió casi como un espectador más el segundo acto. Los minutos pasaban, los 250 zamoranos que acudieron al Helmántico se quedaron mudos y los hinchas del Salmantino ridiculizaron aún más al Zamora con sus olés en la grada.
Los cambios, ya con 2-0, apenas cambiaron nada del equipo, aunque en los últimos diez minutos los rojiblancos empujaron un poco más y vieron como el colegiado escamoteaba un penalti a Iñaki Eguileor que era derribado en el corazón del área cuando armaba la pierna para intentar marcar al filo del noventa. Al final, una derrota que asienta al Salmantino en play off y distancia al Zamora a los once puntos del play off. El tren se escapa y restan doce jornadas para el final.
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