“Es muy probable que las setas que está comiendo este otoño en su restaurante favorito, o las que compra a 15, 20 y hasta 50 euros el kilo en su mercado local, sean de contrabando”. Así comienza el artículo que hoy publica ‘El Confidencial’. Pese a la mala campaña debido a la ausencia de lluvias y las últimas heladas, David Brunat centra su artículo en la provincia de Zamora donde, asegura, es “el único punto de España en el que ha habido algo de floración micológica".
Según su investigación, más de medio millar de personas se han instalado en Zamora durante esta temporada para la compraventa de setas. La consecuente destrucción de empleo, la ruptura del frágil ecosistema micológico, el robo de clientes y la intimidación a la que estos se ven sometidos por las cuadrillas recolectoras ilegales son algunos de los temas abordados en el texto, que cuenta con declaraciones del alcalde de Figueruela de Arriba, de Rabanales, de Trabazos, de la responsable en Zamora y de un guarda de montes del proyecto Micocyl, y del fundador de Faúndez Gourmet, una de las principales empresas familiares procesadoras de setas.
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