La suerte está echada. Las luces del Ruta de la Plata se apagaban este sábado por última vez en la presente temporada en liga regular. La próxima vez que el municipal zamorano abra sus puertas será para que el primer equipo del Zamora se juegue el ascenso a la Segunda División B. Todavía no hay rival. Tampoco hay orden de juego. Pero los aficionados esperan desde agosto ese momento. El momento en el que la tensión y los nervios de una fase de ascenso deriven en el ansiado ascenso a la categoría de bronce del fútbol español.

El partido ante el Cristo Atlético valió para poco en lo deportivo aunque para mucho en el aspecto preparatorio para la fase de ascenso. Y es que jugadores menos habituales siguieron acumulando minutos para estar en plena forma de cara al play off. Entre ellos un Dani Cifuentes que redebutaba con la elástica rojiblanca después de enfundársela por primera vez en los primeros años del siglo XXI. 

Cifuentes dejó una buena impresión entre la afición. Los hinchas tenían dudas sobre su estado de forma y el madrileño se encargó de disiparlas. Balta optó por ubicarlo en el puesto de extremo y Cifuentes mostró su calidad aunque evidenció, como es lógico, una pequeña falta de ritmo de partido que deberá adquirir a marchas forzadas. Además de eso, Raúl Álvarez, Peli y Álvaro de la Iglesia también mostraron credenciales para que Balta cuente con ellos si es necesario para los partidos claves de la temporada.

El partido en sí tuvo poca historia. El Cristo Atlético llegaba al Ruta de la Plata jugándose la permanencia, con solo tres puntos de renta sobre el descenso, y se notó. Los palentinos mostraron un punto mayor de intensidad que el Zamora y en cada acción dividida salían ganadores. Eso sí, les faltaba precisión en los pases y eso permitió que el equipo de Balta se hiciera dueño de la posesión durante la primera fase del primer acto. Cuando parecía que la contienda se igualaba llegó la primera diana del duelo. Una falta de entendimiento entre Isma y Marcel la aprovechó Nata para robar el cuero y marcar a puerta vacía. 

Pero lejos de venirse abajo, el Cristo Atlético siguió intentándolo. Era una contienda de ida y vuelta y sobre todo una lucha en la que los ataques se imponían a las defensas. Camilo avisaba al Zamora en el minuto 19 con un cabezazo en plancha que se marchó desviado. Y en el 26, Viti ponía el empate con un zapatazo desde la frontal del área que se colaba pegado al palo de la meta de Miguel. El partido tenía alternativas y la afición local lo agradecía dado que los rojiblancos no se jugaban nada al ser ya primeros matemáticamente. 

Tras esos dos latigazos, llegaron otros dos; y nuevamente uno por cada equipo. Primero marcaba el Zamora. Edu Ruiz ejecutaba de manera magistral una falta desde la frontal del área. El balón salvaba la barrera y hacía estéril la estirada del meta palentino. Era el minuto 32 y solo cuatro minutos después el Cristo Atlético volvía a encontrar el camino de la diana. Javi Bueno definía a la perfección un mano a mano ante Miguel tras una jugada colectiva brillante. Con ese empate se llegaba al descanso, aunque los palentinos tuvieron la opción de marcharse por delante. Miguel le ganó la partida en un claro mano a mano a Camilo.

El segundo acto empezó con otra ocasión clara para Camilo. El ariete morado volvió a plantarse solo ante Miguel, pero su disparo mordido se marchó demasiado cruzado, rozando el palo. Eran minutos de posesión del Zamora con un Cristo Atlético bien ordenado en defensa y tratando de salir a la contra, buscando la espalda de la defensa local. Los minutos pasaban y las ocasiones eran escasas. Los palentinos estaban jugando con comodidad, tuteando al campeón, y los zamoranos evidenciaban esa falta de intensidad que lleva a no meter la pierna en jugadas divididas. 

Así se desarrollaba un segundo acto insulso y sin brillo. El ritmo cansino del partido hacía suponer que no llegarían más goles. Y así fue. El encuentro finalizó con empate a dos, aunque los dos equipos tuvieron ocasiones para haber roto las tablas. Javi Bueno, con un remate de cabeza en boca de gol que se marchó por encima del larguero, tuvo la salvación de su equipo. Y minutos después, ya en el descuento, Rubén Moreno se encontró con el brazo de Marcel en un mano a mano. Al final, reparto de puntos que no influye en nada al Zamora y que deja más cerca de la salvación al Cristo Atlético.

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