El rastro de la Plaza de Viriato nació con la finalidad de que los ciudadanos que lo deseasen pudieran llevar objetos usados para intercambiarlos por otros o simplemente donarlos o vender o adquirir. En cualquier caso es una propuesta de carácter social que pretende aportar un modelo sostenible y solidario para hacer frente a la crisis.
La participación en el mercado es libre y tan solo precisa de una pequeña mesa o una manta donde exponer los objetos al público, desde juguetes y cuentos, utensilios del hogar, libros, DVDs, CDs, material deportivo, ropa y calzado y otro tipo de materiales siempre que estén todavía en buen uso.
Se trata de un rastro que se fusiona con los turistas que pasean por el casco histórico de la ciudad. Así, este domingo, eran decenas los visitantes que aprovechando su paseo turístico por la zona se detenían a observar qué tipo de elementos se ponen a la venta en estos puestos. Y es que también en verano se consolida este mercado que no está exento de polémica.
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