La tradición pervive gracias al trabajo incansable de aquellas personas que luchan por transmitir a las generaciones venideras los conocimientos que han adquirido de generaciones anteriores. Una transmisión que no se realiza con el afán de recibir nada a cambio, sino por la satisfacción de saber que la tradición seguirá presente aunque los años sigan pasando.
Esta filosofía la entienden y la asumen con cariño todas las agrupaciones y asociaciones que fomentan la transmisión de las tradiciones más relevantes de nuestra provincia. Dos de ellas, el Grupo de Coros y Danzas Doña Urraca y la Asociación Etnográfica Don Sancho, celebraban este pasado viernes su fiesta de fin de curso. Un curso que, al igual que el escolar, se compone de nueve meses en los que los más pequeños aprenden de la experiencia de los mayores, y los más veteranos recuerdan su recorrido vital con la tradición como hilo conductor.
El calor fue el invitado indeseado en la fiesta de clausura del curso. En el caso del Grupo de Coros y Danzas Doña Urraca, ese punto fue mucho más extremo, ya que a las siete y media de la tarde, el Jacinto Benavente aguantaba temperaturas que rondaban los treinta y seis grados. Pese a ello, gran parte de los alumnos fueron fieles a su cita. Una hora después, en el Obispo Nieto, la temperatura había descendido ligeramente, y los integrantes de la Asociación Etnográfica Don Sancho pudieron mostrar a todo el público congregado el trabajo realizado durante el curso con un ambiente algo menos asfixiante.
El saber popular de las comarcas zamoranas como Sanabria, Aliste, Sayago, Tierras del Pan y del Vino, Toro, Guareña, Tierra de Campos, Toro o los Valles de Benavente reverdeció gracias a estas dos agrupaciones. Las escuelas abrirán sus puertas y sus inscripciones de nuevo el próximo septiembre para seguir colaborando y manteniendo el rico patrimonio cultural de nuestra provincia.
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