Todo quedó en un susto. Domingo de Ramos en Zamora y buena temperatura. La Plaza del Fresco estaba repleta de personas disfrutando al aire libre de sus consumiciones en las terrazas habilitadas por los establecimientos de la zona. Y de repente, una pequeña parte de un balcón se desprendía.
Los cascotes caían al vacío aunque afortunadamente lo hacían sobre un establecimiento que contaba con un toldo instalado. En ese momento, el toldo estaba desplegado, lo que impedía que los restos del voladizo pudieran herir a algunos de los clientes que se encontraban debajo.
Pese a ello, tras golpear en el toldo, algunos de los cascotes cayeron al suelo, generando un revuelo entre los que pasaban la tarde en la plaza. Rápidamente, varias personas se acercaron para observar el balcón dañado y asegurarse que no habría más desprendimientos.
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