¿Cómo y cuándo aparecen los distintos tipos de alergia al polen?

Las gramíneas son las más presentes, tanto en tiempo como en número, aunque pueden compartir efectos con otros varios tipos de pólenes. En la ciudad, estos se multiplican por el efecto de la contaminación, mientras que los inquilinos de pisos altos están menos expuestos. La alergia puede aparecer a lo largo de toda la vida debido a una serie de factores, aunque el principal es el genético y prenatal.

 ¿Cómo y cuándo aparecen los distintos tipos de alergia al polen?
¿Cómo y cuándo aparecen los distintos tipos de alergia al polen?

No hay un proceso escrito para padecer la alergia. Ni siquiera los niveles de polen pueden marcar diferentes reacciones en las personas. De hecho, el rango de gravedad es muy variable de unos pacientes a otros, aunque se ha establecido que unas concentraciones de gramíneas, entre los 50 granos de metros cúbicos de aire y los 400 son capaces de reactivar a la mayoría de los pacientes clínicamente sensibilizados, como recogen los estudios aerodinámicos. 

Sin embargo, este umbral no se trata de un valor absoluto sino que hay varios factores que puede modificarlo, casi siempre rebajándolo. Es el caso del tiempo y de la suma de varios tipos polínicos de manera que para un paciente, a lo largo de la época de polinización, puede necesitar menos concentración de polen en la atmósfera para producir los mismos síntomas o el efecto sumatorio de varios pólenes.

La alergia, además, puede aparecer en cualquier momento de la vida, si bien en muchos casos se debe a componentes genéticos y prenatales. Más allá de ello, hay una serie de causas para que una persona pueda verse afectada de polinosis, destacando la edad, la situación geográfica y el sexo. Así, existe un incremento en la capacidad de respuesta hasta la pubertad, para descender posteriormente. Sin embargo, los varones son los que más la pueden padecer, así como los fumadores. 

Por otro lado, no solo las personas en cuestión tienen una serie de características que hacen variar en la propensión de padecer alergia, sino que los propios ambientales y los inherentes a la planta, así como otro tipo de factores, también provocan un cambio en esa capacidad de respuesta. 

De esta manera, estudios han demostrado diferencias entre grupos de árboles de una misma especie, dependiendo de su lugar de localización. Así, en medios urbanos puede ser más alergénico que el procedente de zonas rurales, a pesar de que en estas las concentraciones son más elevadas. La culpa es de la contaminación por lo que también se nota si la planta está más o menos alejada de las carreteras. 

Los contaminantes, de hecho, afectan sobre la planta alterando la viabilidad de los granos de polen y a la propia mucosa, irritándola y potenciando los efectos. En el caso de partículas diesel, estos se multiplican. Por otro lado, la altura a la que esté situada la vivienda, también es un factor determinante de manera que los habitantes de los pisos altos pueden tener mayor riesgo de sensibilizarse al polen procedente de especies herbáceas como las gramíneas. 

Tipos polínicos en Castilla y León

Las gramíneas y su polen son los que más afectan a los castellanos y leoneses. De hecho, en una muestra realizada por la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica, de los más de la mitad que padecían rinoconjuntivitis debido a la alergía, el 53,9% lo hacían por efecto de las gramíneas, mientras que el 14,1% a oleáceas y, el resto, se encuentra por debajo del 10%. 

Según el mismo estudio, el polen de gramíneas es también la causa más frecuente de asma bronquial alérgico en laa Comunidad, manifestándose en el 47% de los pacientes. En menor frecuencia están los sensibilizados a oleáceas (11,8%), artemisia (7,1%), cupresáceas (4,7%), Platanus y Parietaria (ambos 2,4%).

El tipo polínico principal de toda la comunidad corresponde a gramíneas, denominado Poaceae. Su presencia en el aire es casi continua a lo largo del año, pero los elevados niveles de polen se suelen registrar entre la segunda quincena de mayo y las tres primeras semanas de junio. De hecho, ahora en marzo son otros los que influyen más. 

Por ejemplo, finalizando están ya los pólenes de las familias Cupressaceae, Fagaceae, Salicaceae y Betulaceae, que llegan desde noviembre. Además, el polen de los fresnos (Fraxinus) está representado en toda Castilla y León durante el mes de febrero y principios de marzo. En cuanto al polen de chopos y álamos (Populus), que tienen una floración corta e intensa, predomina en todas las localidades durante el mes de marzo.

El periodo de primavera y principios de verano incluye los meses de abril a julio, siendo los tipos polínicos predominantes en esta época los procedentes de plantas herbáceas, aunque también destacan algunos de especies arbóreas. En concreto Poaceae, Urticaceae, Polygonaceae, Plantaginaceae y Oleaceae. En primavera también destaca el polen de los pinos (Pinaceae) y las encinas y robles (Quercus), cuyo polen aparece en el aire en cantidades muy altas.

En verano, mientras, los pólenes principales son los de las familias Chenopodiaceae y Asteraceae, así como otros de plantas herbáceas, cuyos efectos se enmascaran al coincidir con las gramíneas. Es el caso de Plantago, Urticaceae y Rumex. Por su parte, en invierno, el tipo polínico predominante ha sido Cupressaceae (cipreses), mientras que los plátanos de sombra (Platanus) depende de la acción humana, ya que en varias localidades los árboles son sometidos a fuertes podas. 

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