Jaime Rosón ha vuelto a demostrar que su progresión sigue siendo óptima y que la distancia que le separa de los gallitos del pelotón es cada vez menor. En la etapa reina de la Vuelta al País Vasco, con seis puertos de montaña y un cierre en Arrate con una ascensión corta, pero plagada de rampas como paredes, el zamorano ha mantenido el tipo para entrar en una más que digna vigésimo cuarta plaza y ceder tan solo un minuto y once segundos con los mejores.
El ciclista del Caja Rural, que ha sido nuevamente el mejor de su equipo, ha tenido que lidiar con un puerto corto, explosivo, por una vertiente de Arrate que quizá le convenía menos que la otra, más tendida. Además, tras el ritmo militar impuesto previamente por el Orica, que trazó una estrategia luego fallida para empujar a Yates, la carrera se rompió nada más comenzar la ascensión.
Ahí, Rosón trató de aguantar el mayor tiempo posible enganchado al grupo, pero los arreones del mencionado Yates, Valverde, Henao, Contador y compañía terminaron por convertir el pequeño pelotón en un reguero de corredores que fue tratando de sobrevivir hasta coronar a dos kilómetros de meta.
Al final, un grupo de siete corredores, que se quedó en seis tras la desafortunada caída de Samuel Sánchez, entró en meta en cabeza tras la bajada posterior al puerto. Experto en estas lides, y conocedor de una llegada donde ya había ganado hace años en la Vuelta a España, Alejandro Valverde impuso su velocidad para vencer por delante de Bardet, Urán, Woods, Meintjes y Alberto Contador.
Por su parte, Rosón entró en meta en un pequeño grupo junto a Roglic, Caruso o Nicolas Roche y afrontará la contrarreloj decisiva de este sábado desde la vigésimo primera plaza, a tan solo tres segundos del top 20 de una Vuelta al País Vasco en la que participan campeones olímpicos, campeones del mundo, ganadores y podios de grandes vueltas y equipos con estructuras mucho más poderosas que la del Caja Rural.
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