Ricardo Maldonado, Aitor Darío ‘El Gallo’ y Yannis Djeniba ‘El Adoureño’ protagonizaban este Sábado de Gloria una atractiva, a priori, novillada en la Plaza de Toros de Zamora. Los tres llegaban a una plaza como la zamorana con ganas de ofrecer su mejor versión, sabiendo que era una buena oportunidad de dejarse ver de cara a los festejos del resto de la temporada. Y no decepcionaron.
Los tres dejaron patente su descaro primero con el capote y después con la muleta. Cada uno con su estilo, tratando de agradar a los poco más de cuatrocientos espectadores que se dieron cita en los tendidos del coso zamorano. Ricardo Maldonado más sobrio, ‘El Gallo’ con la templanza de quien ya conoce el albero, y ‘El Adoureño’ el más eléctrico, una situación que le permitió conectar muy bien con el público en los dos de su lote.
Los tres cuajaron buenas faenas en los primeros, aunque los tres evidenciaron el porqué la suerte de la espada es una de las facetas más complicadas de los toreros. Ya en el segundo, Maldonado y ‘El Gallo’ volvieron a quedarse sin tocar pelo por culpa de los aceros. Los dos, al menos, se ganaron una ovación y posterior vuelta al ruedo.
Lo mejor llegó en el sexto de la tarde. ‘El Adoureño’ se mantuvo en sintonía con la parroquia local durante toda la faena y lo culminó con un buen estoque que le valió para levantar al tendido y conseguir que el respetable y el presidente de la plaza le premiasen con dos orejas. Gracias a esos dos trofeos, el francés salía de la plaza zamorana por la puerta grande, a hombros.
Al final, un espectáculo de Sábado de Gloria con luces y sombras, como siempre que las novilladas se presentan en los carteles. Pese a todo, el público agradeció las maneras de tres jóvenes que siguen trabajando para tomar la alternativa.
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