Cracovia y su área metropolitana cuentan con una población que no alcanza el millón y medio de personas. Desde este lunes, y hasta el domingo, la ciudad verá más que duplicado su número de habitantes con la 'invasión' de cristianos, llegados de todas las partes del mundo, dispuestos a participar en una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud, una cita ineludible para muchos y que se convierte, cada dos o tres años, en el evento más importante, a nivel de acumulación de fieles, de la Iglesia Católica.

Se calcula que la segunda ciudad más importante de Polonia acogerá, a lo largo de estos días, a un número de personas que oscilará entre el millón y medio y los dos millones. De ellas, unas 70 llegan procedentes de Zamora, 50 que han realizado el viaje 'oficial' de quince días programado por la Diócesis y 23 que han optado por organizarse por su cuenta. Todos están ya en Cracovia para disfrutar de "una experiencia de fe" compartida con cientos de miles de almas.

Una de las personas que ha decidido emplear una parte de su verano en acudir a la JMJ es Loreto Megido, una zamorana de 22 años que acumula una gran experiencia en jornadas de estas características. Con 14 años se estrenó en Sidney, aún con Benedicto XVI como Papa; tres años más tarde estuvo en Madrid; en el 2013, viajó a Río de Janeiro, ya con Francisco I, y ahora se ha plantado en Cracovia para su cuarto macroencuentro cristiano: "En mi familia, pasa una y ya estamos empezando a preparar la siguiente. Merece la pena y a mí nunca me defrauda", señala esta joven biotecnóloga.

En ese sentido, Loreto destaca el buen sabor de boca que le deja "ver a la Iglesia en movimiento" y sentirse parte de una comunidad que "está muy viva". Por ello, siempre intenta acudir a la Jornada: "Me hace crecer como persona", apunta. 

Por su parte, Rubén Francisco Moro, de 21 años, vive su segunda experiencia en la JMJ, tras la de Madrid en el año 2011. Miembro de la parroquia de San Lorenzo, se ha desplazado junto a 22 compañeros de su comunidad y de la de Sanzoles, tras varios meses de preparación y de ahorro. Antes de llegar a Cracovia, ha visitado junto a su grupo varias ciudades de Bélgica y ahora afronta el evento central de su viaje con ganas de vivir "una experiencia de fe con gente que piensa igual que tú".

Por ello, Rubén se toma este viaje como una forma de "cargar pilas para seguir currando" dentro de la comunidad católica de Zamora y como una oportunidad para "salir de casa y ver" que la Iglesia se mantiene activa en otras partes del mundo.

Junto a él, Alejandro Afonso también apela a aprovechar la experiencia para "descubrir aspectos de la religión relacionados con la juventud" y para "expresarse con la gente" en un 'idioma' común que es "la fe en Cristo".

Por último, Emilio Alonso es un asturiano afincado en Zamora que desde el 20 de julio emprendió viaje con su grupo del Camino Neocatecumenal hacia la JMJ. “Durante 15 días estaos visitando Hungría, Eslovaquia, República Checa y Polonia. Hay mucha emoción e ilusión en todo el grupo y estamos aprovechando para hacer turismo pero también para anunciar el Evangelio y llevar la Palabra de Dios a quienes la quieran recibir”, explica Emilio Alonso.

 

 

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