O Roxo acogía un partido lleno de tensión, adrenalina, nervios, emoción e ilusión: en definitiva, de play off. En la ida (1-1), dos golazos habían dejado la eliminatoria totalmente abierta. Partían con cierta ventaja, eso sí, los pupilos de Ángel Cuéllar por el doble valor de los goles marcados fuera de casa.

La superficie del terreno de juego también jugó su papel. En los primeros minutos, los visitantes demostraron estar poco habituados a la hierba natural (que lucía, por cierto, con sus mejores galas). En la grada, un espectador de lujo: Paco Jémez, entrenador del Rayo Vallecano y amigo personal del técnico local. 

La primera parte fue muy igualada. El respeto mutuo y el miedo a encajar un tanto que decantase el encuentro predominó sobre el campo. Eso sí, los primeros acercamientos corrieron a cargo de los de Carlos Tornadijo. En el 7', Marcos Valín realizó una muy buena parada tras un tiro de Dieguito. Poco después, el guardameta volvió a reclamar su cuota de protagonismo al detener un disparo de Mato desde la frontal del área.

Los gallegos llegaban con asiduidad a la portería defendida por Juanjo, pero sin demasiado peligro. Solo Abelenda, en el 40' y tras un buen pase de Edu, y el goleador Álex Ares, en el 43', inquietaron de manera real al meta zamorano.

La segunda mitad no pudo comenzar peor para los intereses de los azulones. Álex Ares transformó de manera magistral un tiro de falta directa cuando corría el minuto 57. Pero poco les duraría la alegría a los dirigidos por Cuéllar. En el 63', Garbán anotó una diana que dio alas al equipo. Marcos Valín despejó mal el balón cuando se encontraba fuera de su portería y la pelota le cayó al jugador salmantino. Desde casi el centro del campo, transformó el empate con un golpeo perfecto.

Con el 1-1 en el marcador, llegaron los mejores momentos del Villaralbo. El cuadro eléctrico acosó sin cesar el área local y gozó de muchas -y claras- oportunidades para ponerse por delante. No lo consiguió y, superado el periodo de intranquilidad, el Cerceda volvió a hacerse con la posesión. Nada se movió hasta llegar a la prórroga.

En ella, la superioridad visitante desapareció. Martín y Uxío, que debutaba esta temporada después de su grave lesión, llevaron el peligro en sus botas. Juanjo se convirtió en el mejor jugador de su escuadra. Solo dos minutos después de que el propio Martín rematase al travesaño, en el 114', Angeriz marcó el 2-1 con un disparo raso. Protestaron los foráneos un posible fuera de juego, aunque el asturiano Pérez Rato hizo caso omiso a sus lamentaciones.

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