El alcalde de la capital, Francisco Guarido, tiene entre ceja y ceja terminar cuanto antes con el problema de los contratos caducados para dejar, por fin, aparcados los asuntos pendientes del mandato anterior y centrarse, definitivamente, en poner en marcha sus proyectos propios en lo que le quedaa de mandato: "La idea es tener la situación administrativa regularizada a finales del 2016 o principios del 2017", estima el responsable municipal.

En ese sentido, Guarido apunta que las empresas que están prestando el servicio con contratos caducados "están muy descontentas" y, además, no pueden abandonar la prestación hasta la nueva adjudicación, pues un acuerdo plenario les compromete a continuar: "También hay problemas para ver quién hace las cosas que han aparecido nuevas y que no se reflejan en los pliegos anteriores", subraya el alcalde.

Del mismo modo, el responsable municipal insiste en que el aparato burocrático del Ayuntamiento funciona de forma más lenta: "No sólo es que algunas cosas sean más caras, sino que hay un mayor volumen de facturas y eso lo ralentiza todo", lamenta.

 

 

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