No se recordará como uno de los mejores partidos de la temporada. Zamora B y Mojados cuajaron un encuentro espeso, con poca fluidez, marcado por las constantes interrupciones y con escasas ocasiones de gol. La contienda fue difícil de digerir, sobre todo en una primera mitad en la que el balón dividido, la intensidad y las imprecisiones en las acciones de ataque dejaron a los aficionados con la sensación de que no se había visto nada sobre el césped. 

Exceso de centrocampismo y las defensas imponiéndose a los ataques en los primeros cuarenta y cinco minutos anodinos y que dejaban todo por decidir para el segundo acto. Una segunda mitad que no pudo empezar peor, ya que al cuarto de hora, el Mojados ya mandaba en el marcador aprovechando un balón largo, que el ariete definió con un buen tiro cruzado. 

A partir de ese gol, los visitantes se limitaron a dejar pasar el cronómetro, a alargar cada saque de banda, y cada acción a balón parado. Alberto de León movía el banquillo y la salida de Santos y sobre todo de Chemi le daban otro aire a un Zamora B que puso cerco a la meta rival. Es cierto que el arquero visitante apenas tuvo que intervenir, pero la sensación era que la remontada era factible. 

Chemi remataba en boca de gol un centro lateral para poner las tablas. Restaban veinte minutos y el filial rojiblanco buscó el empate. Pero en este tramo final, la experiencia del Mojados fue clave para dormir la contienda y finalizar con un reparto de puntos muy celebrado por la expedición visitante y recibido con lamentos por parte de los locales.

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