El riesgo de infarto disminuye solo 24 horas después de dejar de fumar, según informa la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebra este martes, 31 de mayo. Además, explica que a las ocho horas después del último cigarrillo, los niveles de nicotina y monóxido de carbono en la sangre se reducen a la mitad y el de oxígeno se aproxima al de una persona no fumadora.

Por otra parte, asegura que una vez transcurridas 48 horas sin fumar, se recupera la capacidad de oler y saborear y la nicotina desaparece del organismo.  A los 3 días, aumenta la capacidad pulmonar, se reduce la tos y aumenta la sensación de bienestar, y a los 15, mejora de forma generalizada la circulación sanguínea y desaparece la dependencia física a la nicotina.

Asimismo, informan de que al mes, o como mucho, a los dos meses después de dejar de fumar, la presión arterial recupera sus valores normales y mejora el flujo de la sangre a las manos y los pies. Y es que además, si se sufre hipertensión, el abandono del tabaco es la medida aislada más eficaz para prevenir las enfermedades tanto cardiovasculares, como no cardiovasculares.

En  este  sentido,  el  presidente  de  SEH-LELHA  Julián  Segura,  informa  de que  el consumo  de  tabaco,  así  como  la  práctica de  otros hábitos  nocivos  como  el sedentarismo,  el  exceso  de  sal, las  dietas  hipercalóricas, el  consumo  excesivo  de alcohol, o el estrés , influyen decisivamente en el desarrollo de la hipertensión y en la aparición de complicaciones cardiovasculares.

 

 

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