En los ocho restantes, fue el propio fabricante quien, como obliga la normativa, comunicó a las autoridades de consumo la existencia de posibles riesgos en sus productos y adoptó las medidas necesarias para paliarlos.

Juguetes, vehículos y accesorios, y productos eléctricos, son los que reúnen mayor número de notificaciones, dados los requisitos exigidos por la normativa que los regula así como del seguimiento que los propios productores efectúan en sus productos y, en el caso de juguetes por la especial vigilancia a que están sometidos por los servicios de inspección al estar dirigidos a una población vulnerable.

Los riesgos que plantean son consecuencia de las irregularidades que se les ha detectado. Hay juguetes que han sido retirados por poder causar asfixia, ser tóxicos o ser poco resistentes.

OCU advierte de graves fallos de seguridad en juguetes conectados a internet

Tal y como ha mostrado un estudio realizado por el Consejo de Consumidores Noruego (Forbrukerradet), dos juguetes conectados a internet, la muñeca “Cayla” y el robot “i-Que” presentan preocupantes fallos en torno a la seguridad y la privacidad de los menores a los que están dirigidos. 

En este estudio se ha podido comprobar cómo con pasos simples, cualquiera puede tomar el control de los juguetes, que pueden hablar y grabar conversaciones, a través de un teléfono móvil. Esto hace posible hablar y escuchar a través del juguete sin tener acceso físico al mismo.

Por otro lado, desde Forbrukerradet se ha podido comprobar que cualquier cosa que el niño le diga a la muñeca se transfiere a la compañía estadounidense Nuance Communications, especializada en tecnologías de reconocimiento de voz, reservándose esta empresa el derecho de utilizar esta información con otros terceros y para una amplia variedad de propósitos.

También se ha podido constatar que estos juguetes vienen con determinadas frases preprogramadas en las que se publicitan diferentes productos comerciales. Por ejemplo, la muñeca Cayla comenta lo mucho que le gustan las películas de determinados estudios norteamericanos de producción de dibujos animados con los que el proveedor de la aplicación tiene una relación comercial. 

Además de ello, en el análisis de los términos y condiciones que debe aceptar el usuario se han encontrado clausulas ilegales como la obligación de aceptar que los términos se cambien sin previo aviso, que los datos personales puedan utilizarse para publicidad específica y que dicha información pueda ser compartida con terceros no identificados. 

Este y otros descubrimientos constituyen, en opinión de OCU y el resto de organizaciones de consumidores que forman parte de la Organización Europea de Consumidores (BEUC), una violación de la normativa europea en materia de protección de datos y de protección de los consumidores y plantea serias dudas en torno a la seguridad de estos juguetes. Por todo ello desde OCU se pide a las autoridades españoles que investiguen los hechos denunciados y tomen todas aquellas medidas que sean necesarias para la salvaguarda de la seguridad y privacidad de los menores.

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