Al grito de ‘No a la guerra’ y ‘Contra la guerra, movilización’, este lunes más de medio centenar de ciudadanos secundó la manifestación organizada de forma simultánea en otra treintena de ciudades del país. Los participantes se concentraron en la Plaza de la Constitución y, pasadas las seis y media de la tarde, comenzaron a recorrer la calle Santa Clara en dirección a la Plaza Mayor ante la indiferencia de algunos viandantes y el apoyo de otros que iban sumándose a la causa.

Con pancartas en las que se podía leer “Mirar para otro lado ante la injusticia es ser parte de ella, abajo fronteras” y “No a la guerra (muertes, desolación, hambre y destrucción”, dos jóvenes mostraron su indignación ante un conflicto internacional que no entiende de bandos ganadores pero sí de perdedores y que ya se ha cobrado la vida de más de 470.000 víctimas y ha provocado 11 millones de desplazados. 

El bombero José Luis Calleja, recientemente homenajeado por su implicación en labores humanitarias en Lesbos, fue el encargado de leer el manifiesto de la convocatoria. El texto, tal y como puntualizó el bombero, también miembro de la organización G-Fire, tuvo que ser corregido para evitar cualquier vinculación de signo político y reivindicar el origen ciudadano de la protesta, nacida de la indignación y el rechazo a la contienda. Asimismo, se emplazó a los participantes a las actividades organizadas en torno a la exposición 'Refugiados, la eterna Odisea'. 

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