Una inauguración perfecta. Marta Rosa no decepcionó y dejó al público zamorano con ganas de más. Esta joven fadista portuguesa está llamada a marcar una época en su país y parte de su potencial la dejó entrever en Zamora este pasado jueves.
En un marco incomparable, el ambiente fue sencillamente idílico. Tras entonar las primeras canciones con la luz del atardecer, la noche se sobrevino de golpe. Cielo estrellado, silencio extremo y la fachada del convento de San Francisco iluminada para la ocasión. La resonancia, perfecta, ayudaba a crear un aura que impregnaba el ambiente y se metía en cada uno de los zamoranos que llenaban la zona de butacas.
Bajo el disfraz de chica tímida, meticulosa y perfeccionista que mostraba a la prensa horas antes del concierto, salió sobre el escenario una voz portentosa, segura y llena de sentimiento. Ese sentimiento que solo se descubre desnudando el alma. Junto a ella, Pedro Dias, Joao Penedo y Nuno Fernandes completaban un cuarteto que hacía fluir la música.
Así, entre tema y tema, y en una fotografía cargada de deleite, fueron pasando los minutos hasta que el público lamentó la llegada del epílogo del concierto. Afortunadamente, este viernes volverán a tener la opción de seguir disfrutando con el fado. En este caso, de la mano de otra fadista con un potencial enorme: Sara Paixao. Nuevamente el mismo escenario. Otra vez la misma hora. Y de nuevo el fado como punto de encuentro entre Zamora y Portugal.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios