Zamora cerrará el año con más de treinta actuaciones sanitarias por intoxicaciones etílicas de menores

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 Cada consumidor asiduo de alcohol bebe casi dos litros por semana
Cada consumidor asiduo de alcohol bebe casi dos litros por semana

La llegada de las fechas navideñas puede ser, sin quererlo, fechas en las que algunos menores se inician en el consumo de alcohol. El, a priori, inofensivo brindis con vino blanco en el inicio de la comida, o los buenos deseos para el año nuevo bañados en una copa de cava, pueden ser la primera experiencia para los jóvenes con esta sustancia. 

No obstante, la mayor preocupación en edades tempranas con respecto al consumo de alcohol llega en el entorno de los amigos y en relación a los denominados botellones. Según los estudios recientes sobre el consumo de alcohol, la edad media en la que los menores tienen su primera experiencia con el alcohol está entre los 14 y los 15 años. En algunos casos, esas primeras experiencias pasan a ser dramáticas al convertirse en un ‘atracón’ y derivar en una intoxicación etílica. 

En concreto, según datos del Sacyl, de los 28 casos registrados de intoxicación etílica hasta mediados de noviembre en Zamora, 19 se dieron en jóvenes de 15 y 16 años, tres casos fueron entre menores de 12, 13 y 14 años, mientras que los otros 6 casos fueron menores de 17 años. En 2015, en Zamora se atendieron 28 casos en toda la anualidad, un dato que este año se incrementará, ya que a falta de conocer los datos oficiales con el cierre de año, ese registro ya ha saltado la treintena.

“El alcohol es una sustancia neurotóxica a la que los niños y adolescentes presentan una mayor susceptibilidad, por el hecho de no tener todavía las estructuras del cerebro completamente desarrolladas. En ellos el consumo de alcohol puede causar serios problemas de salud en el presente y en el futuro y en casos extremos puede llevar a la intoxicación etílica y la muerte”, apunta Rodrigo Córdoba, coordinador del Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud de la semFYC.

Una de las prácticas que más preocupan a los médicos de familia es el llamado botellón, que “induce a los jóvenes a iniciarse cada vez más temprano en el consumo de alcohol, a que lo identifiquen como un instrumento para entablar relaciones sociales y a que minusvaloren las consecuencias negativas de su consumo”, alerta. Además de las graves consecuencias para la salud, los adolescentes que se emborrachan los fines de semana obtienen malos resultados en la escuela y tienen menos posibilidades de terminar sus estudios.

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