Sanabria empieza a ganar peso en el panorama ciclista. Su presencia en la Vuelta a Zamora y en la Vuelta a Castilla y León lleva siendo casi habitual en las últimas décadas, pero no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo cuando la Vuelta a España se ha fijado en este enclave ubicado en la provincia de Zamora. 

En 2013, el Lago de Sanabria acogía ya un final de etapa en esta época moderna que terminó con la victoria al sprint de Mikael Mathews. Entonces, los corredores también llegaban desde Galicia. En esta ocasión, la línea de meta se instalaba a los pies del castillo de Puebla de Sanabria, por lo que el tramo final de la etapa transcurrió con una rapidez frenética. 

En la línea de meta esperaban miles de zamoranos con ganas de participar en esta fiesta del ciclismo. Y este año por partida doble. Y es que además de disfrutar de este deporte, los zamoranos tuvieron la opción de ver en su tierra a Jaime Rosón, que incluso se dejó ver en los últimos kilómetros con un ataque para dar caza a Luis León Sánchez, aunque finalmente no cuajó. 

Ya en línea de meta, los aficionados trataron de ver a los grandes de este deporte: Froome, Quintana, Valverde, Castroviejo, Contador y el propio Jaime Rosón. Además, jalearon a todos y cada uno de los ciclistas que subieron al podio para recibir los diferentes premios que se otorgan. 

En definitiva, buen ambiente durante una jornada en la que el tiempo respetó, no hizo excesivo calor y que tendrá su continuación este sábado en Villalpando con la salida de una nueva etapa que acabará en La Camperona, seguro que con un gran espectáculo. 

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