"Esto ha sido como el partido de Puente Genil pero al revés". Así definía Peli, instantes después de la bocina final, lo que ha sido el triunfo del MMT Seguros en Palma del Río. El extremo vallisoletano aún recuerda el punto que los pistacho se dejaron en el camino en uno de los duelos clave de la pasada temporada después de manejar ventajas de cuatro goles en los dos últimos minutos. En esta ocasión, tocó ganar después de un frenesí final precedido de un choque durísimo y no exento de polémicas arbitrales.

En todo caso, el devenir del encuentro se resume en la película de lo que fueron los últimos quince segundos. El equipo cordobés había remontado el choque tras ir por detrás durante todo el partido. El Ars Palma del Río manejaba la pelota cuando, a falta de veinte segundos para el final, y con la grada celebrando ya el triunfo, los árbitros levantaron la mano indicando la posibilidad de pasivo. Los nervios pudieron con los jugadores locales, que perdieron la bola y permitieron a Rodrigo del Val empatar, en una acción en escorzo con la que pudo superar a Manu López.

En ese instante, apenas quedaban seis segundos, pero los cordobeses ya estaban fuera del partido. Nada más sacar, Camino, inconmensurable durante todo el partido, robó de nuevo la pelota desde el suelo y se la entregó a Octavio, que recorrió los dos pasos que le permitía el cronómetro y fusiló la meta local ante el delirio del banquillo local, el abatimiento del visitante y la incredulidad de ambos. El desenlace lo escribió el mejor de los novelistas.

DOMINIO EN EL MARCADOR BASADO EN LA DEFENSA

Antes, el MMT Seguros había vuelto a realizar un encuentro muy serio en defensa. Amparado en Leo Maciel, el conjunto zamorano tomó las primeras ventajas y apenas soltó el mando del duelo hasta el final. Los cordobeses tardaron casi ocho minutos en abrir su cuenta, pero cuando se engancharon al partido se pegaron a él como una lapa.

Progresivamente, los zamoranos fueron teniendo más problemas para atacar y, a pesar de la aportación de Octavio y de Camino, en el primer tiempo, y de Guille y Jortos en el segundo, no fueron capaces de soltar a un Palma del Río tan aguerrido como lo pintaban. Los árbitros colaboraron en las dificultades visitantes y acentuaron la tensión ofensiva de los pistacho al convertir su brazo en un resorte para amenazar de pasivo del mismo modo que los gangsters amedrentaban al enemigo con sus revólveres en las películas del oeste.

De este modo, y con alguna exclusión rigurosa en contra de los intereses zamoranos, el partido entró en el tramo final equilibrado después de un segundo tiempo de mayor dominio visitante. José Antonio Consuegra rompió esa igualdad con un gol que se coló por el primer palo y los zamoranos no acertaron a responder en la siguiente acción. Todo parecía perdido, pero el guion, en un giro dramático, concedió al MMT Seguros la posibilidad de un final feliz y dos puntos que le sitúan, como muchos presumían, en lo más alto de la clasificación de Plata.

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