Discreción, comprensión, escucha y cariño para ser voluntario de Hospital

 Discreción, comprensión, escucha y cariño para ser voluntario de Hospital
Discreción, comprensión, escucha y cariño para ser voluntario de Hospital

Ana Moreno, Coordinadora del Voluntariado en la AECC desde hace 12 años, acerca la manera de llegar  a hacerse voluntario de la Asociación, “primero se hace un curso general para acercar la Asociación y la enfermedad al ciudadano y después cada uno se especializa en lo que más le interese bien sea administración, obtención de recursos,  hospital o paliativos“. “Ahora tenemos cinco aspirantes de hospital y paliativos. Han tenido una preparación durante dos días”.

Los voluntarios ofrecen a los pacientes un zumo, una pasta o algo, pero también, si lo necesitan,  acompañamiento a consultas porque lo precisen  o porque sean personas mayores. Estos ofrecimientos son tanto para el Hospital Provincial como para el  Clínico. Hay personas que necesitan trasladarse al Clínico para una prueba,  para sellar recetas a gerencia o, también,  para traerle las medicinas de la farmacia.  El horario de compromiso, del voluntario, son de cuatro horas semanales no tienen que ser seguidas, pueden hacer sus cosas personales y si están malos o van de viaje no pasa nada.  En hospitales se les adjudica un día, normalmente hay tres personas por día. Entre el despacho del  Hospital Provincial y el Clínica hay 25 o 26 personas aproximadamente. Las edades de los voluntarios van desde 20 años hasta los más mayores que superan los ochenta.

Ana Moreno señala que, “los pacientes vienen a hablar con nosotros al despacho y nos cuentan y nos dicen como se sienten. El voluntario tiene un compromiso de confidencialidad, todo tienen que dejarlo aquí dentro. Al final de la mañana si ha sido una jornada difícil hablamos entre nosotros las cosas, pero si nos enteramos que cuentan algo por ahí será su último día de voluntariado. La Asociación también ofrece a los pacientes ayuda psicológica gratuita. El voluntariado tiene que tener discreción, comprensión, escucha y mucho cariño”. Otra de las cosas que hay que destacar es que, “el voluntario va una habitación y, en ocasiones,  les llega al corazón porque hay alguien conocido. Aquí, antes de ir para casa, hay que desahogarse. Todos ellos tienen mi apoyo total y yo quiero que los voluntarios estén bien y busco que se sientan a gusto”. 

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