El MMT Seguros Zamora se ha marchado de vacío de León en su primer compromiso oficial del año. El derbi regional ha caído del lado del Ademar tras un duelo en el que los locales han sido superiores, a pesar de la competitividad de los pistacho, como siempre, infatigables y competitivos hasta el último sonido de la bocina. El equipo de Dani Gordo ha manejado ventajas desde los primeros minutos y ha sabido administrar con más criterio sus superioridades, en un encuentro plagado de exclusiones. Los últimos compases penalizaron a los de García Valiente, que llegaron a colocarse a tres goles en el tramo final de la segunda mitad.

El inicio estuvo francamente igualado. Con estilos contrapuestos, los dos equipos fueron capaces de hacer daño a su rival. El MMT Seguros, como es costumbre, le dejó el timón a Octavio Magadán, que en su regreso a casa demostró que el Palacio de los Deportes ya le queda más pequeño que grande y anotó nueve goles. Sus acciones en ataque permitieron a los de García Valiente llegar al minuto 12 con empate a cinco en el marcador.

En igualdad numérica, esa equidad se mantuvo en el marcador. Cuando las exclusiones comenzaron a sucederse de forma frenética en ambos bandos, el MMT Seguros salió perdiendo. La segunda mitad del primer periodo lastró las opciones de los zamoranos, que encajaron cuando jugaron con uno más y que apenas sacaron rédito de esas circunstancias beneficiosas en la portería rival. 

De este modo, el duelo llegó al descanso con un 15-11 que no hacía justicia al juego desplegado por cada uno, pero que dejaba patente que el Ademar no iba a hacer prisioneros cuando la coyuntura le permitiera entrar a matar.

La segunda mitad arrancó con el coraje del MMT Seguros por delante. Jortos, Octavio y Juárez lideraron un buen inicio que dejó de nuevo el marcador ajustado (15-13). Ahí, con un nuevo carrusel de exclusiones, el cuadro pistacho se dispersó de nuevo. Incapaz de aprovechar sus oportunidades, los de García Valiente fueron viendo cómo la brecha se iba haciendo más amplia, a pesar de las intervenciones de mérito de Posado, que cumplió bajo palos durante los sesenta minutos.

En el tramo final, y espoleado por la 'marea pistacho', el equipo zamorano apretó y redujo la diferencia de ocho a tres goles, en una reacción propia de un grupo con orgullo, que no se amedrentó ante el escenario y que quiso ganar hasta el final. No pudo. El Ademar reaccionó tras un tiempo muerto y volvió aumentar la renta hasta el 32-25 definitivo que se antoja excesivo. Demasiado castigo.

 

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