Como su vida y su Pasión. Así definió este domingo Juan Manuel Bragado el significado que tiene para él la Semana Santa de Villaralbo. Un “sentimiento del alma” transmitido por su padre, al que cada año veía ataviarse de túnica de raso morado y caperuz amarillo para acompañar al Nazareno de Ramón Álvarez. Aunque ya era hermano de la Cofradía Jesús Nazareno de Zamora, Bragado tuvo que esperar a hacer la Primera Comunión para formar parte de la cofradía homónima en Villaralbo. 

Poco tiempo después, a la edad de 12 años, decidió fundar en compañía de siete chiquillos del pueblo la Banda de Música Jesús de Nazareno con el objetivo de poner una nota musical en su querida Semana Santa. Según exponía este domingo en su pregón de Semana Santa, ya hace 20 años que forma parte de la Banda, de los cuales 16 ha estado besando al aire con su inseparable corneta viviendo cada momento de la semana de Pasión villaralbina. Una Semana Santa para muchos desconocida, “a la sombra” de la de Zamora, que cuenta con cuatro días señalados, relatados con minuciosidad en su discurso. 

Así, el Domingo de Ramos abre los desfiles procesionales la Cofradía de Jesús en su entrada en Jerusalén y triunfal de Resurrección, popularmente conocida como Jesús Triunfante. Se trata de la procesión más popular que deja un “momento mágico y una bella estampa”, en palabras de Juanma, al ver la ilusión de los más pequeños acompañando a Jesús entre palmas y ramos de laurel. Además, durante esta procesión, Villaralbo cuenta desde hace años con los sones de la Banda de Música Nacor Blanco de Zamora. 

Tal y como anunciaban los monaguillos antaño a golpe de matraca, “a la carrera y al sermón que a las ocho y media hay procesión”, la tarde del Jueves Santo “se tiñe de púrpura y amarillo”. Las calles de Villaralbo ven desfilar conjuntamente a los hermanos de las Cofradías de Jesús Nazareno y Santa Cruz, acompañando al Cristo de Ramón Álvarez, al Cristo anónimo y crucificado de la Agonía y al Cristo del Santo Sepulcro, obra de Francisco Fariñas Romero que cierra el cortejo.  “Qué bella estampa ver pasar los pasos junto a los Cofrades Nazarenos dando la vuelta a las tres cruces […] en una tarde especial que abre los corazones de todos los villaralbinos”, comentaba el director musical y secretario de la asociación. 

Según proseguía el pregonero, el viernes es el turno de las damas de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, quienes al final de la procesión a las puertas de la iglesia, y en compañía de los vecinos del pueblo, entonan la Salve en honor de la Virgen. Por último, el milagro de la Resurrección llega el Domingo de Pascua en la plaza de la Laguna, donde Jesús Resucitado se presenta ante la Madre, “que deja su manto de terciopelo negro para brillar con su blanco vestido con girones de plata”. 

Cuatro días narrados desde la perspectiva y experiencia de Juan Manuel Bragado en un pregón que reflejó su Pasión y su sentir por la Semana Santa de Villaralbo, a la que invitó a conocer este domingo a todos los zamoranos, no sin antes afirmar que “Cofrade se nace, pero también se hace”.

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