Un total de 900 personas han comenzado a trabajar en toda España para la Agencia Tributaria, ayudando a los ciudadanos a confeccionar su declaración de la renta mediante el Programa Padre. La Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) denuncia que se trata de un colectivo de trabajadores en precario, fijos-discontinuos (trabajan de manera temporal los dos meses que dura la campaña), con una antigüedad de hasta quince años y un sueldo de 1.000 euros.
El sindicato más representativo en las administraciones públicas, y con presencia creciente en el sector privado, reclama a la Administración que consolide el empleo de estas personas, con un concurso-oposición que permita convertir en indefinidos estos contratos. Así, considera que estos trabajadores podrían incorporarse a la plantilla de la Agencia Tributaria en labores de gestión, recaudación y lucha contra el fraude.
“Se da la circunstancia de que muchas de estas tareas están hoy privatizadas a empresas que prestan servicios de información tributaria básica, confección de borradores, o en el programa de citas, con un coste anual para las arcas públicas de nueve millones de euros”, añade CSIF.
Asimismo, el sindicato reclama que se reconozca la antigüedad a este colectivo por tramos anuales y no únicamente los dos meses que trabajan, tal como reconocen ya varias sentencias ganadas por nuestro sindicato, poniendo fin a su discriminación. “Estamos convencidos de que muy pocos contribuyentes saben que tras atender la enorme carga de trabajo de la Campaña de la Renta este colectivo volverá a sus casas sin empleo hasta la campaña de Renta del año que viene, a pesar de que su contrato no se extingue y a pesar de haber superado una oposición de consolidación como fijos-discontinuos en el año 2008”.
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