Una nueva obra se une al catálogo del joven proyecto de edición salmantino “Desván Editorial”, impulsado por el editor y escritor Alberto Blanco Rubio. Se trata de la novela de María del Carmen Prada Alonso, “La Fiscala”, la emocionante historia de Adelina, una mujer cuya vida recorrió todo el siglo XX, educada en las costumbres de la burguesía de la época, absolutamente fiel a la religión católica y sus mandatos políticos y morales, y dedicada a la feroz lucha de dejar un futuro asegurado a sus hijos, representado por la omnipresente Casa Grande.  

Se entremezcla en su historia el legado de la búsqueda de una generación paralela en tierras de Cuba, cuyo origen se remonta a su guerra de independencia. Se trata de una novela fundamentalmente psicológica, en la que a cada uno de los personajes es descrito con minucioso detalle, empleando en el lenguaje tanto la ternura como la crueldad sin miramientos, que a veces recurre a la palabra soez en boca de los mismos. La envidia, el amor, la avaricia, la generosidad, la ira, el perdón y la maldad, se entremezclan en una lucha sin cuartel, en la que nadie conseguirá la victoria. 

María del Carmen Prada es natural de Zamora, aunque se traslada a Salamanca a los dieciocho años, para realizar aquí estudios de Turismo. Se quedó en esta ciudad, fijando su residencia  definitiva. Hasta hace pocos años ha trabajado dirigiendo una agencia de viajes. Su obra se compone de poemas, relatos, cuentos didácticos,  cuentos de Navidad, artículos periodísticos y novela. 

En la presentación que se desarrolló en la Biblioteca Pública de Zamora participaron Alberto Blanco Rubio, escritor y editor de Desván editorial, y María Cuesta Pedraz, Licenciada en Filología Francesa y Concejal de Cultura de Villamayor de la Armuña. La autora explicaba: “Me hace especial ilusión presentar mi primera novela en mi tierra natal. La novela tiene ya nueve años, pero como siempre se dice, a las novelas hay que dejarlas descansar, y tras eso, hay que releerlas para arrancar hojas y volver a reescribirlas”. Además, añadía que todas las novelas tienen algo de hechos reales y destacó como punto diferenciador con respecto a otras novelas que en este caso “la acción puede desarrollarse donde quiera el lector, puesto que no hay nombres de pueblos, ni de calles”.

Por último, la autora reconocía en la presentación que si hubiera escrito ahora la novela, en vez de hace nueve años, la protagonista hubiera sufrido menos penurias, “ya que ahora soy más blanda”, espetaba una María del Carmen Prada que finalizaba diciendo: “No espero ser una escritora importante, ni vender miles de ejemplares, ni codearme con las élites de los escritores; he escrito la novela con el alma y espero que le guste a todos los que la lean”.

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