Con garra, acierto y una sobredosis de adrenalina inyectada en las venas de Marina Delgado e Ylenia Manzanares, el CD Zamarat ha remontado para vencer al Cadí La Seu en uno de los mejores partidos de la temporada. Las naranjas no cedieron al desaliento tras un inicio dubitativo y supieron sobreponerse tras el descanso para borrar de la pista a las catalanas en el tercer cuarto y manejar su ventaja en el último. No hubo tregua, pero las de Lucas Fernández se manejaron como pez en el agua en la batalla física para sumar la octava de la temporada.

Y eso que el inicio del duelo auguraba un choque similar al de Gernika en casa o al de Fontajau de la jornada anterior. El Zamarat fue un conjunto plomizo, carente de carácter, incapaz de equiparar el nivel físico exhibido por las de Miguel Ángel Ortega. Con el pabellón helado, las naranjas fueron viendo cómo el Cadí La Seu abría la brecha poco a poco a base de acciones cómodas dentro de la zona y de lanzamientos exteriores librados.

Al descanso, una tímida reacción de las zamoranas dejó el partido con el Cadí diez arriba (28-38) y con la sensación latente de que la remontada era poco más que una utopía. No fue así. Las naranjas salieron del vestuario encendidas, concienciadas de que debían aumentar el nivel de dureza para competir. Así, no sólo equilibraron el encuentro, sino que pasaron por encima de las catalanas, atónitas ante el cambio de tercio.

Mieloszynska y Delgado, que se habían lesionado en el primer tiempo, regresaron a la pista para liderar, junto a Manzanares y Svitlica, una remontada emocionante, que enardeció al público y que cambió el escenario del partido. Con la furia marcada en el rostro, las jugadoras naranjas fueron limando a un ritmo voraz la distancia que las separaba del objetivo y con un triple de la polaca se situaron tres arriba en el minuto 27 (45-42).

Ya por delante en el marcador, las transiciones rápidas y los contragolpes del equipo zamorano se transformaron en posesiones medidas y el frenesí dio paso a la calculadora en la cabeza de Manzanares y Delgado, líderes morales de un conjunto que no se borró nunca de la confrontación física. Con la permisividad de los árbitros, ambos equipos se enzarzaron en una pelea sin cuartel que no se resolvió hasta los últimos segundos.

Con el Zamarat dos arriba, Ana Suárez falló en una penetración con tres segundos en el reloj de posesión y Sofía Silva se lanzó con fiereza a por un rebote que valía una victoria. Tras dos tiros libres de Svitlica, que redondearon el triunfo, llegó el estallido de felicidad, en la pista y en la grada. Las naranjas ganaron con el alma.

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