En los últimos meses se ha suscitado mucho debate alrededor de si es necesario o no tener un nuevo museo. A su juicio, ¿por qué Zamora merece un nuevo museo de Semana Santa?
Es evidente. Si marcamos un hito con la construcción del que tenemos y se nos ha quedado pequeño, hay actualizar y la construcción de otro mayor es necesario y ya está tardando. Otra cosa es que en estos momentos de crisis y estrechez económica habrá que barajar las posibilidades, pero con buena fe y voluntad se conseguirá.
¿Qué novedades trae este año su cofradía?
No tenemos nada significativo. Seguimos con la obra social que es primordial para nosotros. Intentamos tener vida todo el año y cuando funcionan las cosas, los experimentos se hacen con gaseosa y en casa. Somos tradicionales y buscamos guardar la esencia de los primeros hermanos que pusieron esto en marcha.
Imagine que está leyendo este cuestionario un visitante que llega a Zamora. ¿Qué lugar recomienda para ver el desfile procesional de su cofradía?
Hay tres puntos que a mí personalmente me gustan mucho. Viriato destaca más por la exaltación de las siete palabras, y luego la entrada y salida del templo también son espectaculares.
¿Un deseo para esta Semana Santa?
Que todo trascurra de la mejora manera posible. Que ayude el tiempo, pero más allá de eso que todo transcurra bien, que la cosa salga bien, que todos sumemos, que no haya problemas y que todos tiremos para arriba porque es beneficio de todos.
Semana Santa en Zamora y gastronomía van ligados. ¿Qué producto típico es el que más le gusta de esta época?
El bacalao.
Si tuviera que elegir un producto de los que se encuentran catalogados dentro del sello Alimentos de Zamora, ¿cuál elegiría?
Más que un alimento, yo quiero destacar nuestro vino tinto, como perfecto acompañante del resto de alimentos que da nuestra tierra.
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