Como cada 26 de diciembre, día de San Esteban, Sanzoles se convierte en el epicentro de las fiestas tradicionales en la provincia. Este viernes se celebra el Zangarrón, un evento que se organiza en la localidad “prácticamente desde su fundación” y que, en su origen, tenía como objetivo “purificar a la población”, según explica el experto en mascaradas Bernardo Calvo.

Este amplio conocedor de los detalles del evento asegura que estas celebraciones se remontan a la etapa de los romanos “cuando los lutarcos salían con una máscara o con la cara pintada con sangre de animales” y apunta que la influencia de la cultura de la época se trasladó a diferentes zonas de Europa, por lo que “existen mascaradas desde España y Portugal hasta Suecia”. Eso sí, reconoce que en la zona de la raya, entre Zamora y Salamanca y la parte de Tras-os-montes, esta pervivencia fue mucho mayor.

En ese sentido, Bernardo Calvo achaca esta circunstancia a la “marginación” de ciertas zonas donde se vivió durante mucho tiempo en una situación de aislamiento. El experto en la materia pone como ejemplo a la comarca de Aliste, que, sin ir más lejos, llegó a depender de la Diócesis de Santiago durante prácticamente 700 años, entre los siglos XII y XIX.

Calvo vincula este tipo de ceremonias al ámbito pastoril y a las supersticiones que generaba la lucha contra las penurias en ciertas etapas de la Historia. Defiende, además, que fueron precisamente los pastores quienes dieron comienzo a la tradición en Sanzoles en la misma fecha de la fundación del pueblo, aunque matiza que esta “ha ido cambiando mucho desde entonces”.

Sin ir más lejos, el experto zamorano en mascaradas asegura que ha tenido acceso a documentos del siglo XVIII en los que queda patente la evolución y la ‘modernización’ que ha sufrido el evento a lo largo de los años.

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