Jotas riojanas, muñeiras gallegas y boleros zamoranos como el de Algodre, deleitaron este sábado a cerca de medio millar de espectadores. Una vez más, la sexagenaria Doña Urraca volvió a hacer gala de su juventud luciendo cantera sobre las tablas del Ramos Carrión. 

Pero no fue la única. Tequexetéldere y el grupo de danzas de Logroño también presumieron de sus bailarines más benjamines, garantes en el futuro de una tradición que traspasa fronteras. De este modo, los más pequeños fueron los protagonistas del IV Festival Infantil que llenó de color el escenario del recinto teatral zamorano.  

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