La iconografía recoge el momento de la asunción de María a los cielos, que en muchas ocasiones origina confusión con la iconografía inmaculista, pero también el de su glorioso tránsito o dormición, en el que se representa, la glorificación del cuerpo de la Virgen María mediante la definitiva donación de la inmortalidad gloriosa sin pasar por la muerte.

Este misterio se representa con la imagen de la Virgen amortajada un lecho, por lo que recibe diferentes nombres, Virgen dela Dormición o dle Tránsito, Virgen de la Cama, o Nossa Senhora da Boa Viagem en la tradición portuguesa, donde el lecho está configurado por una barca que representa el buen viaje o tránsito glorioso de la Virgen.

En España la Virgen del Tránsito es muy popular, especialmente en levante, cuyo culto fue promocionado por el rey Jaime I.

Precisamente por esta conexión con Levante, en Zamora se venera una imagen de la Virgen dormida que Sor Ana de la Cruz, abadesa del convento del Corpus Christi en 1618, mandó realizar a semejanza de aquella que se veneraba en su convento de Gandía.

La virgen, una imagen venerada en la clausura del convento, ganó devoción popular a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, momento en el que la virgen es trasladada a la capilla que actualmente configura el coro bajo de las monjas, y se abre una ventana para que los fieles pudieran venerarla.

En 1899, formando parte del proceso de promoción llevado a cabo durante el episcopologio de D. Tomás Belestá y Cambeses, se reformara todo el ábside para construir un nuevo camarín, al que será elevada la imagen.

La devoción a la imagen crecerá a lo largo del siglo XX, motivo por el cual ha llevado a que se considere, de forma popular, patrona de la diócesis de Zamora, sin que este patronazgo se haya formalizado nunca de forma oficial.

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