La justificación de esta norma estaba basada en las medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito de los centros docentes no universitarios. En el artículo tercero, referido a la jornada laboral, contempla que el “profesorado impartirá veinte períodos lectivos semanales, pudiendo llegar excepcionalmente a 21 cuando la distribución horaria del departamento lo exija”. Esta misma orden establece en su artículo cuarto que el profesor puede incluir como lectiva o la tutoría, en el caso de ser tutor, o una primera hora de guardia.
En todo caso, el horario no podría superar las 20 horas lectivas. Si se le asignara una hora más, sería para cubrir las necesidades de su departamento (por ejemplo, la docencia de una hora más de Matemáticas para un profesor de Matemáticas). Esta cobertura de las necesidades de los departamentos no contempla las guardias, en las que el docente queda pendiente por si surge una eventualidad en el centro.
Los profesores de secundaria, que aseguran “la excepcionalidad se ha convertido en una norma, reclaman el retorno a las condiciones laborales de 2010 previas a los recortes en la jornada laboral. Por otra parte, desde la Asociación de Profesores de Enseñanza de secundaria piden de manera urgente la convocatoria de una oferta de empleo público en enseñanzas medias para 2015 “ya que lleva cuatro años sin realizarse”. Esta circunstancia ha elevado el número de interinos en los centros y sitúan el origen de la misma en la tasa de reposición del 10% en la función pública.
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