Los editores denuncian que un mismo libro de texto puede tener 25 versiones distintas

La diversidad curricular, la heterogeneidad en los calendarios de renovación, los calendarios de implantación de las reformas inciden en la planificación empresarial y tiene repercusión en los precios.

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Libros de texto Releo
Libros de texto Releo

El sector editorial de contenidos educativos ha culminado la etapa de cambios en el sistema educativo español con una renovación profunda de los catálogos en los que se ha impuesto un nuevo concepto de libro de texto, el ‘proyecto editorial educativo’ que supone una importante innovación pedagógica y didáctica.

El curso 2017-2018 es el primero, en los últimos tres años, que se inicia con los contenidos adaptados a las normativas nacionales y autonómicas en las aulas de todas las comunidades. Las editoriales de contenidos educativos han realizado un cambio profundo en sus catálogos desarrollando un notable programa de innovación que ha supuesto un esfuerzo y dedicación importante de recursos.

“Aunque hay quien hace crítica sin conocer su realidad, el libro de texto sigue siendo necesario y útil en nuestra educación. La constante adaptación desarrollada por las empresas editoriales ha permitido que hoy el concepto de libro de texto haya sido superado por el de proyecto editorial educativo. Esto conlleva un conjunto de materiales y recursos curriculares organizados secuencialmente que se presentan en diferentes soportes y formatos y que se adaptan a las nuevas tendencias metodológicas. Materiales que permiten la personalización de la enseñanza, su aplicación en las clases invertidas, secuenciar las tareas adaptándolas a las respuestas de los alumnos, etcétera”, ha explicado José Moyano, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele).

El Informe “El libro Educativo en España – Curso 2017-2018” analiza, entre otros aspectos, los problemas a los que se enfrenta la elaboración de contenidos educativos en España, problemas que tienen repercusión en la actividad de las empresas así como en el precio de los materiales que ponen a disposición de la comunidad educativa. Uno de los más importantes es la diversidad curricular. El informe pone como ejemplo lo que ocurre en una asignatura aparentemente neutra como las matemáticas donde el promedio de ediciones por editorial en 4º de primaria llega a las 19,3 para poder atender a la diversidad curricular de los territorios.

Otro de los problemas analizados es el de la renovación de los libros de texto. Un Real Decreto de 1998 estableció que la vigencia de los libros debía mantenerse durante cuatro cursos. Esta duración se convirtió en norma de uso en todas las Comunidades. Los editores consideran esta duración razonable, ya que garantiza la continuidad en el uso, evita la obsolescencia excesiva de los libros y permite cubrir las inversiones.

Sin embargo, señalan, este periodo de tiempo razonable se ha visto alterado por las autoridades educativas autonómicas como consecuencia de la crisis económica. Esta situación que, en muchos casos, se ha realizado sin previo aviso, ha provocado un notable desorden en los calendarios de renovación, graves obsolescencias (en algunos casos más de nueve años) con la consiguiente incertidumbre a la hora de planificar las inversiones y las ediciones. Una incertidumbre que también se traslada a los centros que no saben a qué atenerse a la hora de seleccionar los materiales curriculares de los cursos en las fechas establecidas.

El Informe también analiza la repercusión que tienen las políticas de gratuidad existentes en las comunidades autónomas. “Los editores estamos a favor de la existencia de ayudas para la adquisición de libros de texto, incluso de los sistemas de préstamo. Si las autoridades y/o legisladores creen que deben extender la gratuidad a todos los recursos educativos, incluidos los materiales curriculares, deberían asumir que eso no puede hacerse en detrimento de la calidad ni de un sector cultural de la importancia del sector de libro, que incluye no sólo editores, también a autores, ilustradores, impresores, distribuidores y libreros”, ha apuntado José Moyano. Los editores piden a las autoridades educativas que el modelo por el que opten asegure la sostenibilidad y viabilidad del sistema y cuente con una dotación económica adecuada.

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