Los Bomberos y la Policía apartaron los cascotes que ya descansaban en el suelo y que afortunadamente no habían causado ningún herido en su caída. Además, acordonaron la zona y se mantuvieron a la espera de la llegada de un técnico que pudiese valorar la situación del edificio. Para evitar heridos, y ante el riesgo de derrumbe, el cordón de seguridad se mantuvo durante toda la noche.
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