Zamora es una provincia eminentemente rural y así lo demuestra la enorme cantidad de núcleos rurales que existen a lo largo y ancho de todo el territorio. Por eso, en una fecha tan señalada como este 8 de marzo en donde se celebra el Día Internacional de la Mujer, otrora Día Internacional de la Mujer Trabajadora, hablar del sexo femenino en el campo es obligado.
Por eso, la Diputación Provincial de Zamora organizaba este martes un emotivo acto en el salón de toriles del Ayuntamiento de Alcañices para celebrar esta fecha tan señalada, y a la vez alabar el enorme trabajo que ha desempeñado y sigue desempeñando la mujer en el campo. Con la responsable del CEAS de Alcañices, Marisa Manso, como perfecta maestra de ceremonias, el guion se fue llevando a cabo con rigurosidad.
Más de doscientas personas abarrotaban el salón y primero evocaron recuerdos de tiempos inmemorables con un vídeo de cinco minutos en donde una secuencia de fotos antiguas, en blanco y negro, se encargaban de poner de relieve el trabajo desempeñado por las mujeres en el mundo rural en las primeras décadas del siglo pasado. Tras eso, Marisa Manso leyó el manifiesto que todos los grupos políticos de la Diputación aprobaban la semana pasada en el Pleno de la Institución. De hecho, gran parte de los diputados provinciales estaban presentes en el acto.
Después, el turno fue para cuatro mujeres de la zona que explicaron a los vecinos sus vivencias personales. Toñi, Ana, Mari Carmen y Delfi detallaron su quehacer diario en el apartado laboral dentro del mundo rural. Tras eso, recibieron diplomas acreditativos como “espejos” de una sociedad rural que no podría salir adelante sin el trabajo de las mujeres.
Por último, y antes de que se cerrase el acto con una actuación de danza clásica, Mayte Martín Pozo, presidenta de la Diputación Provincial de Zamora, fue la encargada de clausurar la jornada apelando al espíritu de “superación” y al “ejemplo” que suponen estas mujeres: “Sois el espejo en el que todas las mujeres debemos mirarnos, por vuestro empeño, valentía y arrojo”, finalizaba Martín Pozo.
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