El Virgen de la Concha volvió a dar la cara que acostumbra fuera de casa, la de un equipo intenso, aguerrido, bien trabajado defensivamente y con mucha concentración. Como en las últimas jornadas, el rendimiento a domicilio volvió a ser más alto que ejerciendo de local y eso permitió que la escuadra de David Barrio compitiese ante uno de los mejores equipos del grupo hasta la última jugada del encuentro.

Y es que los zamoranos comandaron el partido en muchas fases de la contienda, e incluso se fueron mandando al final de cada periodo, salvo en el más importante, el último. El conjunto amarillo no dejó lugar a las dudas desde el primer minuto. Demostró desde los primeros compases que había viajado a Galicia con la intención de ganar, pese al buen nivel de los locales. La muestra, el 15-17 con el que se llegaba al descanso.

El buen trabajo defensivo resultaba clave para que los zamoranos mandasen en el electrónico. Un trabajo que se siguió repitiendo en el segundo cuarto, con una defensa muy fuerte de los visitantes. Esa producción en retaguardia llevó el partido al asueto en un ajustado 29-33 que seguía dejando patente el buen trabajo de los de David Barrio.

Parecía que el Virgen de la Concha podría acusar el esfuerzo realizado durante la primera parte, pero al contrario de lo esperado, los amarillos siguieron apretando y seguían mandando al final del tercer cuarto por 39-43. Estaba claro que era la jornada de las defensas por encima de los ataques. Los porcentajes no eran buenos en ambos equipos, propiciados por el buen trabajo atrás de las dos escuadras. Se entraba en ese último cuarto con cuatro puntos de renta para el Virgen de la Concha, una diferencia que en un partido a tan pocos puntos podía ser definitiva.

Pero los últimos diez minutos volvieron a ser tremendamente igualados, con intercambio de canastas en los dos lados y con la seguridad de que el equipo que más afinado estuviese en el ataque se llevaría el partido. Y en un tramo final de infarto, al Virgen de la Concha le volvió a salir cruz, como hace siete días. Esta vez, en vez de defender, los amarillos tuvieron que atacar la última posesión. Pero con el 60-59 en el marcador fueron incapaces de traducir en canasta ese último ataque y volvieron a perder en un encuentro que dignificó nuevamente el trabajo de los pupilos de Barrio.

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