Un cirujano taurino al que le gustan los toros pero respeta a los “antis”

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 Enrique Julián Crespo realizará la plegaria al Santísimo Cristo de la Injurias
Enrique Julián Crespo realizará la plegaria al Santísimo Cristo de la Injurias

Enrique Crespo compagina su quehacer diario en el Hospital Quirón San Camilo de Madrid con su presencia en plazas y encierros de varias localidades de España como cirujano taurino. Se trata de una labor especializada que no es nueva para la familia Crespo, ya que lleva desempeñándola desde hace más de un siglo.

“Esta pasión por la cirugía taurina me la transmitió mi padre. Pero viene de mucho más atrás. Mi bisabuelo Antonio Crespo Carro fue el primer cirujano oficial que hubo en Zamora. Llegó con el título en 1890. De hecho, también fue el primer cirujano de la Plaza de Toros de Zamora. Tras eso, sus enseñanzas pasaron a mi tío Dacio Crespo y él formó a varias personas, entre ellos mi padre. Por lo tanto podríamos decir que yo soy la cuarta generación de cirujanos taurinos de la familia”, explica para Zamora24horas Enrique Crespo.

A día de hoy, Crespo es el cirujano jefe de plazas como las de Zamora, Huesca, Alcalá de Henares, y otras muchas repartidas por la geografía española. Además de acudir a decenas de actividades taurinas en las fiestas de los pueblos. Una de las más relevantes, el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo. Además, este año, tras la repercusión mediática que obtuvo por ser el cirujano que salvó la vida de ‘Paquirrín’, Crespo ha recibido una treintena más de ofertas de diversas localidades para acudir a trabajar. Prácticamente ha tenido que declinar todas por tener ocupado el calendario de trabajo.

“Llevo 37 años dedicándome a esto y estoy seguro que prácticamente nadie en el mundo ha operado las cornadas que yo he operado. Hasta hoy son 493 operaciones de cornadas que he tenido. Quizás Máximo García, de Las Ventas, puede tener unos datos similares. Pero creo que nadie más en todo el mundo”, dice orgulloso Enrique Crespo.

Un Enrique Crespo que se declara amante de los toros pero entiende también la corriente crítica existente: “A mí me gustan los toros, pero no voy a la plaza por eso, sino porque me gusta curar a los que resultan heridos por los toros. Cuando puedo, voy de aficionado a algunas plazas, pero lo mío es curar. A partir de ahí sí que es cierto que no entiendo y no me gustan ciertas celebraciones populares , y sí entiendo a los que se califican como anti taurinos. Eso sí, a los anti taurinos que explican sus motivos y dan argumentos por los que no les gusta la denominada fiesta nacional. Aun así, ahora que estamos en un momento donde el mundo del toro no pasa su mejor momento porque también se ha metido la política de por medio, creo que será muy difícil eliminar esta tradición. Porque los toros forman parte de la idiosincrasia de España, de la diversión del pueblo español, y habría millones de personas en España que no entenderían las fiestas de sus localidades sin actividades taurinos como encierros, capeas, corridas, recortes…”, finaliza.

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