Fresno de la Ribera cumplía un año más con la tradición de los quintos. En este caso fueron ocho vecinos de la localidad los que en su papel de quintos se tornaron en protagonistas de todas las actividades programadas. Así, a las cuatro de la tarde, los vecinos acudían hasta la plaza del Ayuntamiento con las carrozas, para de ahí pasar al Legido, lugar en el que se corrían los gallos.

Una vez allí, los quintos echaban la relación ante los presentes y tras terminar y gritar el "vivan los quintos", los que montaban a caballo cumplían con la tradición de arrancar la cabeza del gallo. A continuación se corría el bollo por las casas de los quintos, un acto en el que todo el pueblo estaba invitado. La jornada finalizaba con la Gran Verbena Asíria.

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