El Zamora prosigue su caída libre y parece ir sin frenos en un año 2015 que no solo ha eliminado el colchón de puntos que tenían los rojiblancos sino que ya ha metido a los zamoranos en las posiciones de fase de descenso. Esta vez el equipo que se aprovechó de la mala racha del Zamora fue el Lealtad. En un partido marcado por las malas condiciones del terreno de juego, los rojiblancos fueron incapaces de marcar, mientras que al Lealtad le valió un cabezazo en un córner para sumar tres puntos que le dan aire en la lucha por la permanencia.

O mejor dicho, el Zamora sí fue capaz de marcar en la primera parte, pero el cabezazo de Carlos de la Nava fue anulado por el colegiado por una falta inexistente. Corría algo más del ecuador de un primer acto en el que el equipo de Roberto Aguirre fue mucho mejor que su oponente. Los zamoranos se adaptaron mejor al barrizal de Las Callejas, llegaron con más peligro a la portería local y buscaron con más ahínco el camino del gol. Antes de ese gol anulado, Garretas se encontraba con un defensa asturiano sobre la línea en un remate de cabeza.

Llegaba el tiempo de descanso con la sensación de que el Zamora era mejor que su rival y que nuevamente merecía más que su oponente en ese primer acto. Aun así, llegaba el tiempo de asueto con el marcador igualado y con todo por decidir en la segunda mitad. Una segunda mitad en la que el Zamora se perdió en el terreno de juego. Roberto Aguirre trató de darle aire al equipo en el centro del campo quitando a Salva Rivas y metiendo a Cristian, pero el Zamora se vino abajo.

Los zamoranos sufrieron durante los primeros quince minutos iniciales y en esos minutos llegó el gol local. Anteriormente, el Lealtad había rondado el gol en dos disparos que taponaron in extremis Carrillo y Garretas. Pero a la tercera llegó la vencida. Un remate blando de Yosu, que iba a las manos de Miguel, se envenenó al tocar el barro y se coló mansamente entre las piernas del cancerbero rojiblanco.

A partir de ese gol, el Lealtad tiró de oficio para acabar cada jugada de ataque aunque fuese con disparo lejano y se mantuvo firme en defensa. De hecho, tan solo concedió al Zamora dos ocasiones, una que paró el meta local a tiro de Aarón Aguado pegado al palo y un nuevo gol anulado por fuera de juego, esta vez a Sergi Mut.

Al final, y con el oficio de un Lealtad que hizo que no se jugase absolutamente nada, el  árbitro pitaba el final de un partido que da aire al Lealtad para soñar con la permanencia y que hará que el Zamora, después de muchas jornadas, duerma en posición de promoción de descenso con unas sensaciones cada vez más desalentadoras.

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