Después de una Semana Santa en la que la amenaza de lluvia nunca pasó a ser una realidad y permitió a todas las cofradías y hermandades salir a la calle, este Sábado Santo esa amenaza sí fue veraz. Las previsiones apuntaban que llovería durante el desfile procesional de la Santísima Virgen de la Soledad y así fue. Una lluvia que estropeó uno de los momentos más impactantes y emocionantes de la Semana Santa, el rezo de la salve en la Plaza Mayor y la entrada de la virgen en San Juan con el himno de España atronando en el centro de Zamora.

Las previsiones meteorológicas que manejaba la cofradía era que tendrían disponible una hora y media sin lluvia para poder desfilar, por lo que la organización decidió realizar el recorrido corto. Así, la procesión se encaminaba por la calle Benavente, en vez de por Alfonso IX. 

Pero cuando la virgen de la Soledad transitaba junto a la plaza de Zorrilla, la lluvia hizo acto de presencia y los cargadores tuvieron que cubrir la imagen de la virgen con un plástico. Fue entonces, al arreciar la lluvia, cuando la imagen se dio la vuelta y la procesión quedó suspendida con la consiguiente rotura de filas.

Pese a todo, un buen puñado de hermanas acompañó a la virgen hasta la Plaza Mayor, aunque solo unas pocas se quedaron para rezar la salve antes de que la imagen de la Soledad cruzase el arco de entrada de San Juan. Un final apresurado para una Semana Santa que finalizará este domingo, si el tiempo lo permite, con la celebración de la resurrección de Cristo.

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