La provincia depende de las lluvias de otoño para no entrar en situación de alerta por la sequía

Así lo ha explicado este jueves el Gerente de Concesiones Aquona Castilla y León Oeste, Nicolás Esmorís, que asegura que pese a la sequía, la calidad del agua de los zamoranos es óptima.

 Esmoris aquona
Esmoris aquona

La situación de sequía que atraviesa nuestro país se agudiza en algunas cuencas, especialmente en la del río Duero. Los embalses están a un tercio de su capacidad y el río Duero, a su paso por Zamora, evidencia la enorme carencia de agua que existe. Una situación que durante el verano ha llevado a restringir el riego en varios puntos de la comunidad.

Este jueves, el Gerente de Concesiones Aquona Castilla y León Oeste, Nicolás Esmorís, exponía la situación: “La situación es complicada y dependemos de las lluvias del mes de otoño para no entrar en situación de alerta. Para que todo fuera bien debería haber lluvias en octubre, aunque parece que la AEMET no da importantes precipitaciones hasta noviembre”, explicaba.

Pese a ello, Esmorís tranquiliza a la población sobre la calidad del agua: “Cuando el nivel del río baja, la calidad del agua en la entrada es peor, pero con la planta que tenemos actualmente y las medidas que estamos tomando no existe problema de calidad en el agua. Lo único que para nosotros es más complicada la depuración porque hay que realizar otro tipo de procesos y se incrementa el precio para nosotros, pero eso es lo de menos en la situación en la que estamos”.

El propio Gerente de Concesiones Aquona Castilla y León Oeste reconocía que el consumo de Zamora lleva ya disminuyendo en los últimos años, aunque incidía en que “no es cuestión de la sequía sino de que la gente está más concienciada, ya que incluso se ha reducido el consumo doméstico”.

Por último, hablaba de las posibles consecuencias que depararía la ausencia de lluvia durante el otoño: “El plan de sequía está preparado en caso de que se entre en un nivel de alerta, algo que podría suceder si no llueve de aquí a dos meses. En ese caso habría que reducir el riego de jardines, controlar la presión nocturna, realizar algún corte periódico… pero esperemos no llegar a esa situación”, zanjaba.

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