Educación presenta su experiencia sobre la reducción de excedentes en los comedores escolares de Castilla y León

El reto es trasladar estos modelos de conducta a las familias a través de los propios alumnos usuarios del servicio público de comedor escolar.

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La Consejería de Educación realiza una serie de actuaciones dentro del Plan Global de Mejora cuyo principal objetivo es la consecución de la calidad global del servicio de comedores escolares desde un enfoque multidisciplinar. El pasado diciembre se incluyó una nueva medida en el Plan Global de Mejora cuyo objetivo es la disminución de las sobras de comida en los comedores así como la concienciación de los escolares ante un problema social que afecta no solo a los colegios sino a las familias y a la sociedad en general.

En diciembre del año pasado, se firmó un acuerdo por parte de los consejeros de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, y de Educación, Fernando Rey, junto con los representantes de las empresas concesionarias del servicio público de comedor escolar -Aramark, Serunión-Grupo Lince Asprona, Ausolán-Igmo, Comedores Colectivos de Celis y Clece-GH de Luz- así como con los de las confederaciones de padres y madres y la Federación de Estudiantes de la Comunidad -Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de Centros Públicos de Enseñanza de Castilla y León (Confapacal), Confederación de Madres y Padres y de Alumnos de Centros Rurales de Castilla y León (Confarcale) y Federación Autónoma de Asociaciones de Estudiantes (Fadae)-.

El acuerdo incluye actuaciones en el comedor escolar tendentes a la adquisición de hábitos saludables y sostenibles con el medio ambiente, considerando que es el espacio adecuado por su carácter educativo y práctico. Cada empresa decide qué acciones realiza, teniendo en consideración que son empresas con mucha experiencia en alimentación escolar y dirigidas al fomento de hábitos saludables por lo que intentamos trasladar las iniciativas individuales y sus resultados positivos al ámbito público. Todas las empresas cuentan con departamentos específicos de dietética y nutrición.

Entre estas actuaciones se incluye la gestión de los menús sobrantes y no utilizados en el comedor y su entrega a entidades sociales y bancos de alimentos con el objetivo de educar en valores a los escolares acerca de la realidad social de sectores más desfavorecidos, promoviendo así una gestión más ecológica y eficiente de los recursos a la vez que se potencia la solidaridad y la equidad en el ámbito educativo de la Comunidad. Como ejemplo de su efectividad, en los dos trimestres desde la aplicación de la medida, se han donado más de 60.000 raciones.

También se realizan proyectos específicos para la sensibilización e implicación de los escolares en el consumo responsable a través de talleres que incluyen mediciones -con básculas de cocina colocadas en los comedores- antes y después de la aplicación las medidas y juegos desarrollados en el período del comedor escolar. En este sentido, los resultados son altamente positivos, ya que en los 54 centros en los que se inició una experiencia específica en enero se ha comprobado una disminución media de un 25 % del desperdicio. Asimismo, se desarrollan talleres de reciclaje responsable en todos los comedores.

Concretamente, Serunión ha puesto en marcha el programa ‘La comida no se tira’, desde marzo 2017 en 56 centros públicos de León, Palencia, Segovia y Zamora donde se ha reducido el desperdicio alimentario en un 25 % de media, además los excedentes se han donado al Banco de Alimentos de Valladolid. Por su parte, Ausolán-Igmo, está elaborando una iniciativa que desarrollará a lo largo del presente curso escolar ‘La R de reducir’ y dona ya los menús al Banco de Alimentos de Burgos. En el caso de Aramark, ha implementado el ‘Proyecto RRR en el comedor escolar’ y ha donado al Banco de Alimentos tanto menús como materias primas. Comedores Colectivos de Celis ha organizado diversos talleres sobre reciclado activo con reutilización de material de desecho y ha realizado donaciones al Banco de Alimentos. Finalmente, Clece-GH de Luz ha desplegado el proyecto: ‘Reducción y concienciación del desperdicio alimentario en los comedores escolares de Salamanca’, con diversas actuaciones de fomento de hábitos y alimentación saludable y ha realizado donaciones a entidades sociales.

La Consejería de Educación señala que el gran reto, tras la consolidación de estas medidas, es trasladar estos modelos de conducta a las familias a través de los propios alumnos usuarios del servicio público de comedor escolar.

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