Una sociedad más concienciada, causa del aumento de denuncias

La recuperación económica y la formación recibida son otras de las causas por las que las mujeres se atreven a dar el paso y demandar a sus maltratadores. En el polo opuesto se encuentran los miedos a las represalias o los temores a una situación de precariedad.

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Cada vez más mujeres se atreven a dar el paso y denuncian a sus maltratadores, lo que supone que el número de denuncias por Violencia de Género crezca exponencialmente, como se ha podido vislumbrar con los datos ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial. En los tres primeros trimestres del año hubo en Zamora 175 denuncias.

Esto se debe a que la sociedad cada vez está más sensibilizada del problema que existe y que es necesario atajar. Gracias a la educación y la formación, tanto hombres como especialmente las mujeres toman conciencia de que denunciar es el camino correcto para acabar con la lacra de la Violencia de Género.

Y esta formación no sólo se da en los estratos más jóvenes de la sociedad, sino que en el ámbito laboral también se toman medidas para terminar con la violencia hacia la mujer. Recientemente CSIF estableció un nuevo servicio de apoyo a las víctimas de la violencia de género, con la creación de una figura sindical especializada en este asunto, que actúa como agente de prevención, asesoramiento y apoyo a las víctimas.

Esta figura se creó para cubrir “un vacío existencial existente en las administraciones y empresas”, como detalló la responsable de la Secretaría de Igualdad y Responsabilidad Social de CSIF Castilla y León, Eva Fernández Urbón.

La recuperación económica también ha provocado ese aumento de denuncias. Y es que, gracias a la restitución del empleo femenino en mucho de los sectores, muchas mujeres han conseguido lograr una independencia monetaria que les permite separarse de sus agresores.

El miedo a las represalias, la vergüenza y el desempleo, los frenos a la hora de denunciar

Sin embargo, todavía hay una serie de factores que hacen que las mujeres no reúnan el valor necesario para denunciar las situaciones de violencia que viven. La mayor casusa es el miedo al desempleo y a una situación de precariedad, un temor que se expandió con rapidez en el inicio de la crisis económica y que hoy en día todavía hace estragos entre las mujeres.

Otro de los grandes miedos a la hora de denunciar es el miedo de las mujeres a las represalias por parte del maltratador, temiendo que la demanda desencadene consecuencias más graves en la violencia sufrida, tanto sobre ellas, como sobre sus hijos.

De igual manera, la vergüenza a que se sepa la situación que sufren y el sentimiento de culpabilidad (es decir, el pensar que son ellas las culpables de que su pareja les maltrate) son otros dos factores habituales que provocan el freno a la hora de hacer visible la situación de violencia.

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