El Zamora acumulaba este sábado su tercera jornada sin perder, pero el empate conseguido no resulta suficiente teniendo en cuenta el déficit de puntos que acumulan los rojiblancos con respecto a los equipos que marcan las posiciones de fase de ascenso a la Segunda División B.
El Zamora renunció al juego en El Burgo de Osma y apostó por el músculo. Como el día de La Bañeza, Tornadijo apostó por cuatro mediocentros puros. Encinar, Yon, Fer y Carlos Ramos salían de inicio. Este último debutaba con los rojiblancos con apenas dos sesiones de entrenamiento. Arriba, Javi Rodríguez y Dani Hernández trataban de encontrar algún balón largo, ya que el juego fluido y trenzado brillaba por su ausencia. Lo intentaron ambos en algunas triangulaciones con Carlos Ramos, pero la realidad es que el Zamora no tenía el control, no combinaba y le costaba mucho llegar. Bien es cierto que el Sporting Uxama apenas hacía peligro, solo generaba incertidumbre en saques de banda al área, donde el Zamora no terminaba de controlar las segundas jugadas.
Pese a todo, el Zamora se adelantó con una diana de Carlos Ramos. El mediocentro lanzaba un libre directo desde la frontal, el tiro se envenenaba y el arquero no era capaz de blocar en primera instancia. El balón traspasaba la línea y posteriormente el portero trataba de sacarla. Gol fantasma, pero gol. Esa diana no serenó a un equipo rojiblanco que siguió espeso en el juego. Además, con el tiempo cumplido de la primera parte, Alfonso ponía el empate. Saque de banda, falta clara de Alfonso a los centrales que no pitaba el colegiado, y remate inapelable de la bestia negra del Zamora.
Descanso, empate a uno y toda la segunda parte por delante. El segundo acto fue entretenido para el espectador. La emoción fue de menos a más y cualquiera puedo ganar. Alfonso y Adrián tenían dos remates en boca de gol que detenía Berlana. Mientras, en la portería opuesta, Javi Rodríguez, Carlos Ramos, César Simón y Fer fallaban cuatro ocasiones clamorosas de gol. Por ocasiones, mereció ganar el Zamora, pero la diana no entró.
Los cambios de Tornadijo llegaron tarde. Simón tuvo quince minutos y en ese tiempo se convirtió en el mejor del partido, dando aire a su equipo y mostrando verticalidad, desparpajo y frescura. Silveira salió en el 87 en una permuta testimonial. Al final, empate a uno, reparto de puntos, y el Zamora tendrá que hacer bueno ese resultado ganando el próximo domingo a Unionistas en el Ruta de la Plata.
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