El año 2024 ha llegado a Zamora cargado de bajas temperaturas y precipitaciones, una combinación que ha permitido a los trabajadores del sector primario encarar con optimismo la primera campaña del curso. El pasado otoño y este invierno se presentan como uno de los más lluviosos de la última década, si bien uno de los grandes temores del campo parece estar por llegar: el topillo.
Presente ya en algunas zonas como Palencia, la comarca de Tierra de Campos es la más vulnerable a su llegada puesto que es una plaga cíclica. Un temor que explica José Roales, presidente de la Cámara Agraria de Zamora, destacando que los profesionales del sector están "muy preocupados porque es una plaga que diezma la producción de una manera tremenda". Amenaza que se une a la que otean desde el horizonte, cuando las temperaturas vuelvan a subir con el fin del invierno y la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica regrese al campo zamorano.
"Veremos la inmunidad que se ha conseguido porque ha habido mucha infección y mortalidad, al final ha sido más del doble que se anunció que iba a haber", denuncia Lorenzo Rivera, presidente de UPA-COAG Zamora, destacando a su vez que Castilla y León ha perdido a alrededor de 13.000 reses desde que comenzó la infección y Zamora ha sido una de las más damnificadas.
Sin embargo, hasta entonces la mirada al cielo y al suelo -por el topillo- es lo que marca el día a día, puesto que "ha llovido bastante, incluso por encima de lo deseable", tal como explica Roales, incidiendo en que "los cereales están evolucionando bien, estamos esperando a poder entrar para aplicar los abonos minerales y herbicidas".
"Veremos la inmunidad que se ha conseguido porque ha habido mucha infección y mortalidad, al final ha sido más del doble que se anunció que iba a haber"
Misma visión que la de Rivera, quien no duda en recalcar que la producción en estos momentos "está igual que el año pasado" en estas fechas, provocado especialmente por una Navidad "muy húmeda" tras "uno de los otoños e inviernos más lluviosos de los últimos diez años". Una lluvia que ha complicado la sementera, pero que estará condicionada por una primavera "que es la que remata todo" a la espera de conocer "las temperaturas y lluvias de abril y mayo".
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