Los profesionales del campo zamorano llevan meses protestando ante la subida de costes y problemas para producir. Problemas que ahora también llegan desde Europa en forma de la nueva Política Agrícola Común, la cual ha aterrizado con un "cambio drástico" y ha obligado a las organizaciones del sector primario a protestar en Bruselas. Protestas que no han recibido respuesta satisfactoria al considerar desde la Unión Europea que tras tres años de trabajo, no se va a dar "marcha atrás".
Contando además con una partida de un 10% menos, los agricultores zamoranos se topan con las dudas de "cómo y qué sembrar", tal como indica Antonio Medina, presidente de ASAJA Zamora, quien pone el foco en el 40% del pago que depende del régimen al que se acoja cada productor. Terreno que, además, no puede quedar en barbecho más allá de un 20%, algo inviable para muchos profesionales ante la subida de costes y la imposibilidad de hacer frente a los pagos.
A todo ello se le suma la avanzada edad de muchos agricultores zamoranos, quienes tendrían que hacer frente desde ya al nuevo cuaderno de campo electrónico, algo para lo que no están formados y no tienen recursos. "¿Qué hace la gente mayor?", se pregunta Medina, insinuando también que ante la nueva normativa que impide utilizar los cinco metros de terreno junto a regatos y los quince junto a ríos se pierde terreno de producción.
Sin embargo, el mayor problema lo encuentran en la nueva PAC, donde "cada día hay nuevos cambios" al "no estar ya cerrada". Una serie de cambios que llegan con los terrenos ya sembrados por muchos agricultores que, ahora, no saben qué deberían haber plantado. "Es la PAC más sancionadora que ha habido", destaca, haciendo hincapié en que ante la llamada de plantar leguminosas las berzas han pasado en pocos meses e los 500 euros por tonelada a los actuales 2.400 euros, una subida considerable del precio que impide a muchos hacer frente al gasto.
Subidas de precio marcadas por la inflación que llevan a la conclusión de que "si haces números no siembras". Precios inflados que han llevado a una inversión de 300 euros por plantar una hectárea a los actuales 1.500 euros, algo que va a llevar "a la escasez de productos" por la falta de productores.
Y es que, además, el campo zamorano parece no tener relevo. "Es inviable entrar al sector", reconoce Medina, quien recalca que se necesita una inversión cercana al millón de euros y únicamente pueden coger el testigo quienes tienen padres dedicados al campo. "Hay pequeñas explotaciones dedicadas a caracoles o invernaderos, pero son cuatro contados", explica, dejando patente que no se incorporan casi jóvenes a un sector donde "dentro de unas décadas la mayoría habremos desaparecido".
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