Detectado un brote de gripe aviar en una granja de Valladolid con 760.000 gallinas

El brote, causado por el virus H5N1, ha sido localizado en una explotación de gallinas ponedoras en Olmedo, Valladolid.

La confirmación llegó este viernes por parte del Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, centro de referencia en España. Se trata del sexto foco en aves domésticas registrado en el país en lo que va de año, tras los detectados en Extremadura (1), Castilla-La Mancha (2) y Andalucía (2). En aves silvestres, los casos ascienden ya a 38.

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural activó el 17 de septiembre el protocolo nacional de vigilancia frente a la influenza aviar, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Consejería de Sanidad y el propio sector. La alerta se activó tras notificarse un incremento de mortalidad en la granja, que alberga unas 760.000 aves.

Ese mismo día, la explotación fue inmovilizada con el objetivo de frenar la propagación del virus. Los Servicios Veterinarios Oficiales tomaron muestras que confirmaron la presencia del H5N1 y se inició la destrucción de las aves afectadas, junto con labores de limpieza y desinfección.

Zona de restricción y control

La normativa europea obliga a establecer un perímetro de seguridad. En este caso, la Junta ha delimitado dos áreas: una zona de protección de tres kilómetros y otra de vigilancia de diez kilómetros alrededor de la explotación. Además, se está llevando a cabo una encuesta epidemiológica para determinar el origen del foco.

Riesgo para la población

Las autoridades sanitarias insisten en que este brote no supone un riesgo para la salud pública. El contagio en humanos se considera muy poco probable y no existe peligro asociado al consumo de carne de ave o huevos cocinados. El riesgo para los trabajadores expuestos en la explotación es bajo, aunque se recomienda reducir al mínimo el contacto con aves enfermas o muertas en el campo.

Refuerzo de la vigilancia

La Junta ha recordado la importancia de reforzar las medidas de bioseguridad en las granjas avícolas y de notificar cualquier sospecha de enfermedad a los servicios veterinarios. España cuenta con un programa nacional de vigilancia de la influenza aviar, adaptado a la alta variabilidad genética del virus y centrado tanto en aves domésticas como en silvestres.