La Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Zamora, ha detectado un foco de avispilla del castaño en una plantación de Sarracín de Aliste, cuyas plantas fueron adquiridas en una tienda de la localidad de Alcañices.
Todo el material vegetal encontrado y afectado por las agallas de la avispilla del castaño ha sido destruido con fuego y se mantendrá una vigilancia constante durante todo el periodo vegetativo por si aparecen más señales en las plantas aledañas para proceder a su destrucción si son localizadas más agallas.
Es fundamental para detectar y erradicar la propagación de esta plaga, que todas las personas que hayan comprado plantas de castaño en la localidad de Alcañices revisen sus plantaciones o se pongan en contacto con el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Zamora a través de los agentes medioambientales de su zona o en el teléfono 980 58 11 11.
De manera general, se recomienda a todas las personas que hayan adquirido planta de castaño en esta campaña que procedan a la revisión de sus plantaciones en busca de agallas de la avispilla del castaño con el fin de su destrucción y evitar la propagación de esta plaga.
La avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus) es el organismo más dañino para los castaños europeos, reduciendo drásticamente su producción de fruto e incluso llegando a matar los árboles si la infestación es muy fuerte. Se sabe que es un himenóptero que ataca exclusivamente a los árboles del género Castanea.
La Junta de Castilla y León desde 2007 ha venido impartiendo instrucciones para prevenir su entrada en nuestra Comunidad. Sin embargo, se produjeron las primeras interceptaciones en el año 2012 en viveros al detectarse en plantas contaminadas procedentes de otras comunidades y se procedió a su destrucción inmediata. En 2015 se produjo la primera detección en masas naturales en el norte de Burgos y actualmente se ha informado de su presencia en el extremo occidental de la provincia de León y en el Valle del Tiétar, en Ávila.
Hay que destacar la rápida expansión de la plaga en Galicia donde, tras detectarse por primera vez en 2014 en varios concellos del interior, se ha extendido ya por un porcentaje muy elevado de las plantaciones de esa Comunidad, fijándose el límite actual de su distribución relativamente próximo al límite provincial entre Zamora y Orense. En Portugal también ha sido detectada, habiendo tenido recientemente noticias de su presencia en las proximidades de Miranda do Douro. En nuestro país su primera detección fue en el año 2012 en Cataluña, para posteriormente año a año, ir extendiéndose por toda la Península Ibérica.
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