Un ganadero zamorano denuncia que en las granjas queda pienso para dos días: "¿Qué comerán los animales a partir del domingo?"

COAG pide al Gobierno y a los camioneros convocantes del paro humanidad e inteligencia para solucionar el problema cuanto antes

Un ganadero extiende estiércol en la finca donde pastan sus vacas. EP. Archivo.
Un ganadero extiende estiércol en la finca donde pastan sus vacas. EP. Archivo.

El paro del transporte de mercancías convocado por la Plataforma de Defensa del Sector del Transporte de Mercancías, y secundado por las pequeñas empresas y autónomos adheridos a ella, está generando en el sector agropecuario de Castilla y León un nuevo terremoto que se une a la catarata de efectos perversos que viene sufriendo el campo. Y en particular, la ganadería.

El paro de los profesionales del trasporte adscritos a la mencionada plataforma, unido a los piquetes violentos que ejercen éstos en las carreteras sobre sus compañeros que les impide trabajar con normalidad, imposibilita que llegue materia prima a las fábricas de pienso y a su vez que estas fábricas puedan distribuir el alimento animal a las granjas. Por ejemplo, en Salamanca algunos camiones no están saliendo a repartir por miedo a los piquetes. Hasta el punto en que algunos ganaderos ya han hecho sonar las alarmas con esta simple frase: “Me queda pienso para dos días. ¿Qué comerá el ganado a partir del domingo?”, ha exclamado un ganadero zamorano.

En Castilla y León el caso de la leche es menos grave porque hay menor incidencia como consecuencia del paro, pero hay fábricas de quesos que no están recibiendo leche, lineales de las tiendas con un 20 por ciento de existencias tan solo, y otras marcas, como por ejemplo Gaza, que no ha podido transportar ni un solo litro a algunos supermercados.

El principal problema con la ganadería láctea es que no llega pienso o menos del necesario a las granjas y que las industrias están encontrando serios problemas para distribuir, aunque la leche, a fecha de hoy, sí se está recogiendo. Pero de continuar el bloqueo, la próxima semana el problema se agravará exponencialmente, no recogiendo la leche, sin suministro de piensos para el ganado y el desabastecimiento de mercados.

En algunas cooperativas y fábricas de pienso de la comunidad, como en Palencia y Zamora, no se está recibiendo la soja de los puertos (Bilbao, Santander…) y no se pueden elaborar piensos con soja. Eso implica que haya que cambiar la dieta de los bovinos en las granjas, lógicamente menos rica, con su correspondiente pérdida de complejo vitamínico. También está incidiendo nefastamente la huelga del transporte en la recogida de animales en las grajas para el sacrificio. Concretamente en Salamanca se está teniendo problemas para llevar los animales al matadero.

Lorenzo Rivera, coordinador regional de COAG, afirma, desde la comprensión de los problemas que sufren los camioneros, (no hay más que ver los costes del combustible, que también sufrimos en nuestro sector) que “no puede ser que el ganadero cargue con las consecuencias de las protestas. Nuestra profesión, la ganadería principalmente, está en serio peligro y no vamos a permitir que se hunda más. Vamos a defenderla con uñas y dientes. Por ello, urge que el Gobierno y los huelguistas alcancen un acuerdo cuanto antes y devuelvan la normalidad (por llamarlo de alguna manera) a nuestro sector. No podemos ser los paganos de todos los problemas.”

El problema es que el Gobierno y la asociación convocante están manteniendo un diálogo de besugos que en el fondo, según COAG, es una muestra de “irresponsabilidad supina”.  El Gobierno no dialoga con la Plataforma porque dice que es minoritaria en sector del Transporte, pero cada día que pasa se están adhiriendo más conductores de otras asociaciones; el Gobierno dice que la aludida plataforma está impulsada por formaciones de extrema derecha, pero no aporta ninguna prueba; el Gobierno dice que garantiza el abastecimiento, pero solo queda pienso para dos días; y el Gobierno en suma, está observando el conflicto como si fuera de orden público, y no laboral. Para ello ha puesto a trabajar contra los camioneros violentos a casi 25.000 agentes entre policía y Guardia Civil cuando hace solo unos meses que despenalizó los actos violentos de piquetes.

Por su parte, los camioneros no están consiguiendo nada; están dando una imagen de violentos (30 piquetes violentos cada hora); no logran negociar con el Gobierno; están perjudicando a compañeros trabajadores y autónomos como ellos de otros sectores como es el caso de los ganaderos, a los consumidores con el desabastecimiento de determinados productos y no se les ve avance ninguno.

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