El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, pidió hoy al Gobierno “altura de miras y responsabilidad” en su política de protección al lobo ante el daño que produce al campo y consideró, además, que la Agenda 2030 “ha decidido que la cabaña ganadera en España se reduzca para reducir el consumo de carne”.
García-Gallardo participó en una jornada organizada por Vox con la presencia de dirigentes de Castilla y León, Asturias y Cantabria que se desarrolló en el Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega en la que se defendió a los ganaderos ante los ataques que sufren sus explotaciones por el lobo.
Explicó el vicepresidente que desde su entrada en la Junta de Castilla y León han defendido una acción distinta a la del Gobierno, con la que procuran proteger la ganadería extensiva, con medidas defensivas de protección de los pastos, de favorecer que haya mastines protegiendo la ganadería extensiva.
En esa línea, demandó al Gobierno central que tenga “altura de miras y responsabilidad” en su política en relación al lobo porque, en su opinión, “está provocando la muerte lenta del campo español, especialmente en el campo del norte de España”.
También, pidió que se haga un censo actualizado e integral de las manadas de lobos, así como que no se dé “información falsa a la Comisión Europea para que luego se dicten normas desde Bruselas que perjudican nuestro campo”.
En Castilla y León en particular, recordó el vicepresidente, “el problema es de una especial gravedad”. Así, indicó que la Comunidad cuenta con el 60 por ciento de las manadas de toda España de lobos. “Hay zonas en las que no se habían visto lobos desde hace décadas, en las que ahora se han triplicado los ataques, como es el caso en particular de Ávila, que tenía hace unos años 500 ataques y ahora vemos que se han triplicado”, precisó.
Sobre todo, manifestó que lo que piden es que se les escuche desde las instituciones, a los portavoces parlamentarios, a los gobiernos regionales, pero también que “se escuche a los ganaderos, que vayan a verlos, que les pregunten cuál es el problema, con qué nivel de frecuencia están recibiendo ataques sus respectivas cabañas ganaderas”.
“Entonces descubrirán la gran realidad”, aseveró, convencido de “la presunción de buena fe al Gobierno” por su partido, pero también se preguntó si es “más una ingenuidad que una muestra de buena fe” por su parte, ante la agenda de la “agenda dictada desde Bruselas”, en referencia a la Agenda 2030.
Tras apelar al trabajo conjunto de todas las administraciones, lamentó que los gobiernos autonómicos, cuando van a Madrid, al Ministerio de Transición Ecológica, “cambien la chaqueta en el Parlamento español”.
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